Una entrevista reciente a uno de los directivos de Microsoft dejó clara su estrategia. “Hay 2.800 millones de gamers en el mundo, y necesitamos alcanzarlos a todos. Está claro que nunca llegaremos a más de 100 millones de ellos vendiéndoles una Xbox”, explicaba, “así que la única forma de llegar a los 2.700 millones restantes es de otra forma, ya sea con xCloud o con otras tecnologías con las que no lleguemos directamente”. El juego en la nube y servicios de suscripción actuales como Game Pass y Xbox Live son las claves de futuro.
Es lo que apuntaba James Gwertzman en una entrevista con VentureBeat es que competir con Sony en su terreno no le ha salido del todo bien a Microsoft: tiene desde luego una cuota de mercado más que decente en consolas, pero la PS4 ha vendido aproximadamente el doble de unidades desde su aparición que la Xbox One. Sony ha reforzado su catálogo con títulos exclusivos muy potentes, una de las claves para muchos usuarios y expertos.
La Xbox también ha tenido exclusivos, pero su fuerza residía en otros apartados. Por ejemplo, en la retrocompatibilidad, una característica que ha permitido a sus usuarios jugar a juegos de la Xbox 360 e incluso de la Xbox original y recuperar aquellas experiencias del pasado de forma transparente, según asegura una nota de Xataka.
A ello se le unen sus servicios de suscripción, Xbox Live Gold y Xbox Game Pass, que se han convertido en un elemento clave del futuro de una Microsoft que quiere que juegues más y mejor que nunca aunque no tengas un PC con Windows o una Xbox.
De hecho el mismísimo Phil Spencer, máximo responsable de la división de videojuegos de Microsoft, lo dejaba claro en una entrevista con The Protocol: “Cuando hablas acerca de Nintendo o Sony, les tenemos un enorme respeto, pero vemos a Amazon y Google como nuestros principales competidores de aquí en adelante”.
El problema de ese escenario es la fragmentación. Quienes juegan en una plataforma con un título a menudo no pueden disfrutarlo en otra plataforma o dispositivo de la misma forma. Hay casos en que sí gracias al soporte multiplataforma de algunos títulos, pero aquí es evidente que el juego en la nube podría cambiarlo todo junto a las suscripciones como las que ya tiene consolidadas Microsoft.
¿Querés jugar al FIFA, al Fortnite o al LoL en cualquier PC? ¿Querés luego continuar la partida en el teléfono, y cuando llegues a casa seguir seguirla en tu Smart TV? Microsoft quiere ofrecer productos y tecnologías diversas para llegar a todos los jugadores. Aunque no sea directamente a través de sus servicios específicos en este sentido, sí pueden formar parte de la solución.
Gwertzman mencionaba la infraestructura en la nube que Microsoft tiene con Azure, un componente crucial para quien quiera ofrecer juegos en streaming aunque aquí la empresa compita con otras grandes plataformas como Amazon Web Services o Google Cloud. La propia Google ya ha hecho su apuesta en este mercado con Stadia, pero la alternativa de Microsoft es más transversal aún, y si la experiencia es un grado puede que Microsoft tenga aquí una ventaja relevante.
A la propuesta de Google se une NVIDIA con su GeForce Now, y otras plataformas que son más o menos transversales. Servicios como Apple Arcade parecen demasiado centrados en dispositivos móviles, y los movimientos de Amazon sin duda tratarán de hacer que al menos la apuesta de Microsoft con xCloud no sea tan atractiva.
Mientras tanto, Sony y su PS5 parece que seguirán defendiendo un modelo mucho más conservador en el que la consola seguirá siendo pilar fundamental de la experiencia. Nintendo también está en esa batalla, desde luego, aunque la empresa nipona siempre ha ido por un camino más conservador. La clave sigue estando en estar muy circunscrito a ese ecosistema tan especial que Nintendo ha creado con sus consolas y videojuegos.
Esa forma de conquistar mercados abriéndose a otras alternativas en lugar de encerrarse en su propuesta no le ha funcionado nada mal con Windows 10, un sistema operativo que se ha vuelto tan irreconocible como la propia Microsoft tras la integración del Windows Subsystem for Linux y esa apertura a los desarrolladores y proyectos Open Source.
Esa misma filosofía parece ahora trasladarse al segmento de los videojuegos. La combinación de las futuras Xbox Series X, Game Pass, Xbox Live, xCloud y soluciones de terceros que por ejemplo se basen en Azure deja claro el papel espectacular que Microsoft puede jugar en el futuro de los videojuegos.
Y es que a Microsoft no le importará que no juegues con su Xbox One, sus futuras Xbox Series X o con un PC con Windows: le importará que lo hagas a través de sus servicios y plataformas. Lo importante es estar en todos lados, aunque sea siendo solo parte de la solución, y no la solución completa.
Fuente: iproup