Hace algunas semanas se conoció que Uber utilizaba una herramienta llamada Greyball para eludir los controles policiales (les mostraba “autitos” de mentira o les negaba el servicio) en ciudades como Boston y Las Vegas y en algunos países tales como Australia, China o Corea del Sur.
Ahora, ha salido a la luz que en 2015, Uber rastreaba usuarios de iPhones utilizando una técnica denominada “finger printing”, que les permitía identificar y etiquetar, sin que el usuario lo supiera, los teléfonos incluso después de que la App fuera borrada del mismo.
Según la empresa creada por Travis Kalanick, esto se hacía para detectar posibles fraudes, especialmente en China. De cualquier manera, de acuerdo a lo publicado por The New York Times, el CEO había solicitado explícitamente que esta práctica sea “camuflada” para evitar que la detectaran los ingenieros de Apple. Sucede que la misma violaba los estándares de privacidad exigidos a las Apps por la empresa de Cupertino.
A pesar de los intentos de Uber por ocultarlo, Apple descubrió la vigilancia furtiva. Por esto, el CEO de la empresa de la manzana, Tim Cook, lo citó a su par de Uber en su oficina. El primero le dio un utlimatum a Kalanick: o dejaban de espiar a sus usuarios, o Apple borraría la aplicación para conseguir autos con chofer de su App Store. Según Uber, eso hicieron y dejaron de rastrear a quienes utilizaba iOS.
Desde la empresa de transporte explicaron que esta funcionalidad se comenzó a utilizar en 2014, luego de que en el mercado chino se detectara que los mismos conductores de la compañía pedían viajes de Uber a través de equipos iPhone robados. Sucede que en aquella época, la empresa ofrecía a quienes realizasen mayor cantidad de viajes un incentivo monetario.