Un estudio desveló la cifra y desde luego es impactante: se estima que un usuario toca la pantalla de su smartphone una media de 2.716 veces al cabo del día. La cifra puede parecer desmedida, pero nos da una idea de lo importante que se ha convertido este dispositivo en nuestro día a día, y viendo la intensidad del uso, un cambio de hábitos puede tener muchísimo impacto en el tiempo que le dedicamos. Sin duda, en lo que la práctica totalidad de los usuarios pierde mucho tiempo es buscando y abriendo apps en el móvil: que si un mensaje en Facebook, luego echar un ojo a la web, para luego hacer una llamada… En ese baile de apps se van muchos segundos a no ser que tengamos todo bien organizado.
La organización perfecta de la homescreen
Lo cierto es que la forma en la que se distribuyen las aplicaciones puede ahorrarnos o por el contrario hacernos perder mucho tiempo. ¿Quién no se ve con frecuencia deslizando la pantalla con los dedos buscando esa determinada aplicación? ¿Cuántas veces recurrimos al buscador para ello? En este terreno, la libertad para el usuario es total y lo peor del asunto es que no hay una organización magistral que sirva a todos por igual; sin embargo, hay criterios que cada usuario puede aplicar en su conveniencia según el uso que haga del móvil.
La pantalla principal y el dock
Con independencia del criterio que se emplee para organizar los iconos, la pantalla principal y el dock deberían dedicarse siempre a aquellas aplicaciones que se utilicen con más frecuencia, por una cuestión de pura lógica. El acceso a la home y al dock (la barra de iconos inferior de la pantalla principal) es inmediato en cuanto se desbloquea el móvil y aquí cada segundo cuenta.
Organización por categorías
Con la llegada de las tiendas de aplicaciones, inicialmente el catálogo de apps era muy corto, pero con la eclosión de las mismas ahora el número de iconos disponible en la pantalla del móvil parece interminable. Esta proliferación supone un problema a efectos de organización y los desarrolladores han facilitado enormemente las cosas con la posibilidad de crear carpetas. Una forma de organizar los iconos es, de esta manera, temática: respetando la máxima de la pantalla principal que hemos apuntado, este sistema de organización propone juntar las aplicaciones por contenido (música, bancos, juegos, etc.). El principal inconveniente de este sistema reside en que hay que ser muy disciplinado a la hora de organizar las carpetas y tener buena memoria para localizar luego su agrupación y ubicación.
Organización por frecuencia de uso
Otra posibilidad por la que optan muchos propietarios es distribuir las apps por frecuencia de uso: las más cercanas a la pantalla principal serán las más utilizadas, mientras que las menos usadas se irán relegando a pantallas posteriores. La gran desventaja de este criterio es que tarde o temprano nuestro móvil termina por ser un cajón de sastre en el que al final nos veamos obligados a utilizar el buscador en el 90% de las ocasiones.
Organización por colores
Aunque parezca mentira, organizar las aplicaciones por el color de sus íconos puede resultar tremendamente eficaz si somos escrupulosamente disciplinados y contamos con una memoria fotográfica (o más bien, cromática). El principio de este sistema reside en agrupar las aplicaciones por el color de sus iconos (Facebook y Twitter, por ejemplo, irían en una carpeta), y de esta manera acceder a las aplicaciones de manera rápida si recordamos, lógicamente, el color de cada aplicación. Este sistema ofrece una gran rapidez de acceso a las apps,pero solo para aquellos usuarios con una gran disciplina a la hora de organizar los iconos y buena memoria recordando sus colores.
Dejar espacios y limpieza visual
Aunque no se trate de un método de organización exactamente, se puede ganar en velocidad de acceso manteniendo espacios y huecos en las sucesivas pantallas y sin temor a añadir nuevas. La limpieza de la interfaz hará que la localización y acceso a las aplicaciones sea considerablemente más rápido.
