Ver a una impresora 3D en acción, creando un objeto con alto, ancho y profundidad tiene algo de fascinante, en especial cuando el proceso lo realiza una máquina que por sus dimensiones puede escapar al contexto industrial y ubicarse fácilmente en el hogar. La compañía es parte de la firma de desarrollo de sistemas Enterprise Objects Consulting. La división de impresoras 3D vio la luz en 2012 y en la actualidad se prepara para ofrecer al público, a través de su tienda web, su tercer modelo.
Existen varias tecnologías de impresión 3D, que utilizan una amplia gama de materiales, desde cemento o azúcar hasta vidrio o metal. Las impresoras de Kikai Labs utilizan tecnología FDM: para crear los objetos realizan capas sucesivas usando filamento de plástico fundido en dos variantes ABS y PLA, un tipo de plástico ecológico derivado del azúcar.
El primer paso para realizar una impresión 3D es diseñar el plano del objeto que se quiere crear en programas como Autocad o SolidWorks. Una vez finalizado, el archivo se exporta a otro programa que lo prepara para la impresión y que le indica a la impresora a qué velocidad y con qué resolución operar para crear la pieza. La impresora toma el filamento, enrollado en un carretel ubicado en el extremo superior de la impresora, y lo va derritiendo a una temperatura de entre 180° y 220 grados. Con el plástico fundido, la máquina crea una capa; se eleva unas décimas de milímetro y pinta una nueva capa, continuando de forma sucesiva hasta finalizar la impresión del objeto de acuerdo con el plano inicial.