Los autos eléctricos son una industria incipiente. Se estima que a nuestro país llegarán a finales de este año de la mano de Renault. En el resto del mundo están siendo impulsados por diferentes empresas de grandes gurús de la tecnología como Elon Musk. ¿Cómo funciona el negocio en nuestra región?, ¿somos competitivos respecto a otros países de la región?
Un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo arroja luz sobre este interrogante. Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú son los países investigados porque se esperan que tengan los mercados más grandes de vehículos eléctricos enchufables dentro de la región en la próxima década. Las ventas anuales de los vehículos eléctricos enchufables en estos seis países podrían oscilar entre las 52,000 y 220,000 unidades en el 2023, dependiendo de los cambios regulatorios, aceptación del consumidor y el desarrollo de tecnología. Esto representa una penetración del mercado entre 0.3% y 2.5%. En general, el estudio se refiere a Chile y México como los países con el panorama más prometedor, seguido por Brasil, mientras que Colombia, Argentina y Perú solamente tienen un prospecto moderado.
Uno de los grandes temas respecto a los vehículos electrícos e híbridos son los elevados costos, en comparación con sus contrapartidas con motores de combustión interna. El informe compara el precio de venta sugerido por el fabricante (sin incluir impuestos) en los Estados Unidos de algunos modelos de vehículos eléctricos y los modelos de vehículos de motor de combustión interna equivalentes. La tabla muestra los recargos a los precios que oscilan entre 10% y 30% para los vehículos híbridos eléctricos y entre 50% a 80% para los vehículos eléctricos de baterías.
La presión tributaria
De acuerdo al informe, los impuestos al valor agregado y a la importación son los componentes principales de la estructura tributaria. En Argentina y Brasil, los automóviles eléctricos estarían sujetos a una estructura tributaria más alta, asumiendo que los autos no son fabricados en Brasil (por lo tanto están sujetos a impuestos de importación). Por el contrario, en México y Colombia la estructura tributaria favorecería a los vehículos eléctricos por exención de consumo e impuestos por nuevos vehículos respectivamente. En Chile y Perú las estructuras tributarias son las mismas, por ende el incremento en la brecha de precios en términos absolutos entre los vehículos eléctricos y los vehículos de motor de combustión interna. Adicional a los impuestos que incrementan la diferencia en el precio de venta entre los eléctricos y los tradicionales, los impuestos de propiedad anuales por lo general tienden también a desfavorecer a los vehículos eléctricos, ya que este tipo de impuesto depende por lo regular del precio del vehículo.
Comparación uno a uno
Para cuantificar la diferencia del costo entre los vehículos de motor de combustión interna, vehículos híbridos eléctricos y los vehículos híbridos de batería desde una perspectiva de ciclo de vida, el informe realiza un análisis costo total de propiedad en seis países de América Latina. Este análisis incluye costos de compras, propiedad y los costos de funcionamiento durante un período de 8 años. Los modelos evaluados son el Honda Civic (vehículo de motor de combustión interna o ICEV), el Toyota Prius (vehículo híbrido o HEV) y el Nissan Leaf (vehículo híbrido de batería o BEV).
Los resultados del informe muestran que la reducción en los costos de funcionamiento (energía, mantenimiento y reparaciones) obtenidos por los HEVs y los BEVs no compensa su más alto costo de compra en comparación con los ICEVs. El costo total de propiedad de los HEVs y BEVs es mayor a los ICEVs en todos los países. La diferencia es mayor para los BEVs que para los HEVs. La diferencia de los HEVs oscila entre 6.5% en México y 26.4% en Perú (casi 2,300 y 12,000 dólares estadounidenses respectivamente), con la excepción de Argentina, donde la diferencia es sumamente alta (172% o 88,000 dólares estadounidenses). La diferencia de los BEVs oscila entre 55% en México y 87% en Perú (alrededor de 19,000 dólares estadounidenses y 35,000 dólares estadounidenses respectivamente), de nuevo con la excepción de Argentina, donde la diferencia es de 320% (163,000 dólares estadounidenses).
Fuente: infotechnology