Mientras muchos dormían…

“La noche se hace larga, normalmente los trasplantes suceden de noche o de madrugada”, dijo el médico cirujano Luis Diodato, del Instituto Cardiovascular de Rosario. A su lado, estaba Juan José Argentieri, ingeniero químico, de 65 años de edad y titular de una certificadora de normas para empresas. Y del otro lado, el Dr. Juan Pablo Escalante, coordinador clínico del ICR.

Los tres hablaron ayer con la prensa porque era el día en que Juan José volvía a su casa tras ser trasplantado del corazón el 21 de junio pasado. Sí, el Día del Padre.

“Trasplantes cardíacos hacemos hace muchos años, pero ésta fue una situación muy especial, porque el paciente estaba en un estado muy avanzado de la enfermedad”, dijo a ON24 el titular del Grupo Oroño, Roberto Villavicencio. “Juan pasó, en poco tiempo, de encontrarse en estado terminal a recuperarse y empezar una nueva vida”, remarcó y destacó el rol del Cudaio (Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos) y al Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante).

Todo el proceso para la intervención quirúrgica a Juan duró unas 15 horas. Según relató el Dr. Diodato, comenzó a las 20.00 pm del sábado 20 de junio, día en que el Incucai-Cudaio informó al ICR de la presencia de un donante (en Córdoba), luego de estar, Juan, menos de un día en lista de emergencia. A aquella hora del sábado, entonces, primero se procedió a certificar que el órgano donado fuera apto para el paciente. Inmediatamente corroborado, se conformó el operativo destinado a la procuración y ablación, con cinco profesionales que partieron, vía aérea, a la 1 am del domingo 21 de junio para la ciudad Córdoba, donde se encontraba internado el donante (un hombre de 30 años). El equipo retornó a Rosario sobre las 5 am y cerca de las 11 am, la operación había finalizado con éxito y Juan estaba en recuperación. “Fue un buen regalo para Juan y la familia”, recalcó el profesional. 

En la operación, intervinieron, en total, 50 personas, entre cirujanos, anestesiólogos, intensivistas, enfermeras y bioingenieros.  

Juan sufría un cuadro de miocardiopatía dilatada con insuficiencia cardíaca severa. Él contó que hacía 20 años sufría una insuficiencia, pero de todas formas llevaba una vida normal, viajando, por temas laborales, por toda Latinoamérica. Pero el 25 de mayo, tras sentirse mal en el Aeropuerto de Neuquén, fue internado y casi un mes después, trasplantado para volver a la vida. “Sé que tengo que tener ciertos cuidados, pero pienso estar en el ruedo lo antes posible”, afirmó.

“Va a haber que monitorearlo periódicamente”, apuntó Diodato, pero explicó que “la mejor alternativa para el paciente con insuficiencia cardíaca es el trasplante”. “Juan era un caso terminal, por lo que si nosotros no podíamos disponer de un órgano en el corto plazo, las chances de estabilidad estaban con lo justo”, indicó y agregó que “no cualquier órgano se adaptaba a las características de Juan; el donante debe tener un peso y una altura compatible. Juan mide 1.90 y pesa 100 kilos. No era fácil conseguir (el donante) y el margen que teníamos era de no más de un 15% por su condición cardíaca y pulmonar”.

EXPECTATIVA DEL ICR

De acuerdo con el médico cirujano del ICR, en el Sanatorio Parque se realiza un promedio de dos trasplantes por año, en tanto que en el Instituto aspiran a efectuar entre dos y cuatro anuales, contando “con una lista de pacientes que así lo permita”. “Ésa sería la expectativa”, expresó Diodato. “Tener 10 pacientes en Rosario que se puedan trasplantar sería un logro impresionante para la ciudad, pero yo creo que vamos a estar un poco por debajo de eso”, señaló.

Por su parte, Escalante comentó que hoy en día, “aproximadamente, en Argentina se realizan 60 trasplantes cardíacos por año, de los cuales el 70% se hace en Buenos Aires”.

“UN ACTO DE AMOR”

“Tenemos que concientizar a todo el mundo de que ser donante no es poner en riesgo la vida. Hay que eliminar los tabúes. Yo comprobé que es algo extremadamente serio. La persona que se ofrece como donante ofrece vida y amor. Es un acto de amor”, dijo, emocionado ante la presencia de su familia, los médicos y la prensa, Juan.

“Hay mucho trabajo por hacer. El Incucai necesita el soporte a nivel de Nación y Provincia para poder hacer campañas acerca de lo que es donar”, manifestó, por su parte, Diodato, a lo que Escalante añadió: “Hacen faltan más donantes (…) Pero también hay que concientizar a los médicos de que acá están los medios para hacer bien el trasplante”.

Respecto a este punto, también se refirió el titular del Grupo Oroño: “Todo el andamiaje de esto depende de la oportunidad de que haya personas que decidan donar sus órganos, que es muy importante. Hay muchos pacientes en listas de espera pero hay pocos órganos”.

Cabe destacar que tanto Juan como su familia enaltecieron “el nivel humano” del cuerpo médico del ICR durante todo el proceso de internado y operación. “No fue una atención médica, sino de mimos, una atención humana y súper-profesional”, contó Juan.

REDACCIÓN ON24

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