Ejercitar nuestro cerebro contribuye a mejorar las funciones cognitivas. La Lic. Silvina Peralta, especialista en Trastornos de la memoria, atención y otras funciones cognitivas e integrante de nuestro Centro de Neurociencias Los Manantiales nos acerca algunos consejos. Un anticipo de la 2da. Edición de los Grupos Activos de Estimulación Cognitiva.
Nuestro cerebro, el más evolucionado de la creación, está en constante actividad, y necesita ser cuidado y estimulado para cumplir su función de la mejor manera.
¿Cómo? A través de:
- Dieta saludable.
- Buen descanso.
- Vida social dinámica y variada (mantener una amplia gama de actividades y hobbies, intercambiar opiniones y encuentros con gente de distinta edad).
- Control de problemas de salud.
- Control de hábitos (No abusar del alcohol , tabaco, etc.).
- Realizar actividad física.
- Controlar el estrés mediante la expresión de las emociones y efectuando cambios, que nos alejen del él.
Además, múltiples estudios científicos evidencian que, al igual que el ejercicio físico mejora la función motora y produce cambios en los músculos, el ejercitar nuestro cerebro contribuye a optimizar las funciones cognitivas.
¿De qué modo?
Manteniendo la mente activa y exponiéndola a situaciones novedosas, apartándola de la rutina.
Hay multiplicidad de actividades que posibilitan llevar a cabo esta activación. Estas no se limitan a juegos de ingenio, crucigramas o sopa de letras. Muchos de estos juegos hace años que los hacemos a la perfección y no constituyen ningún desafío.
El secreto se encuentra en realizar actividades que habitualmente no realizamos: escuchar un tipo de música que no estamos acostumbrados, visitar y conocer lugares nuevos, probar nuevos caminos para llegar a un determinado lugar, afrontar nuevos aprendizajes (idioma, computación, y/o taller literario), acudir a reuniones o cursos en donde compartamos un espacio de encuentro con personas que no son de nuestro entorno habitual y que nos plantean miradas distintas con respecto a temas diversos que se abordan.
La clave se encuentra en afrontar situaciones nuevas y actividades variadas porque cuando las mismas no ofrecen cierto grado de dificultad, no aportan demasiado.
También existen programas específicos de estimulación cognitiva, consistentes en ejercicios que no sólo estimulan la memoria sino otras funciones que se encuentran íntimamente relacionadas y que interactúan con ella, como por ejemplo distintos tipos de atención, función ejecutiva (capacidad para planificar, abstraer, y secuenciar), lenguaje, y habilidades visuoespaciales.
Estas son algunas de las múltiples alternativas que pueden poner a nuestras neuronas en acción y no darles vacaciones.
No hay límites de edad para ejercitar el cerebro. En efecto aquéllas personas que continúan estimulados social, física y mentalmente en todas las etapas de su vida, evidencian un mejor rendimiento cognitivo, a partir de un cerebro que parece aún más joven que lo que indican sus años.
La clave se encuentra en no jubilar a nuestro cerebro, sino ofrecerle Júbilo …!!!!