El Cáncer Cérvico Uterino es el segundo cáncer más diagnosticado entre las mujeres en los países en desarrollo. En Argentina, se diagnostican alrededor de 4.000 casos nuevos por año, y mueren aproximadamente 1.800 mujeres a causa de esta enfermedad. Este cáncer se produce por alteraciones (displasia) y crecimiento anormal en las células cervicales, y es causado por la infección prolongada de algunos tipos del Virus de Papiloma Humano (HPV).
¿Qué es el HPV?
El HPV es una familia de virus de los que se conocen más de 150 tipos, de los cuales alrededor de 40 tipos afectan la zona genital y/o anal y se transmiten por contacto sexual. Estos HPV se dividen en 2 grupos dependiendo su relación con el desarrollo del cáncer:
- HPV de bajo riesgo oncogénico: se relacionan a las lesiones benignas, como las verrugas y las lesiones de bajo grado. Los tipos virales más comunes son el HPV-6 y HPV-11.
- HPV de alto riesgo oncogénico: asociados a las lesiones de alto grado o precancerosas y al cáncer cérvico-uterino invasivo. Los tipos virales más frecuentes son HPV-16, HPV-18, HPV-31 y HPV-33.
¿La infección por HPV produce síntomas?
La mayoría de las veces, la infección por HPV se resuelve de manera espontánea, sobre todo en las mujeres menores de 25 años, sin producir ningún síntoma ni manifestación clínica. Se considera que solo el 5% de las infecciones por HPV se tornan persistentes y producirán síntomas.
Los HPV de alto riesgo pueden provocar lesiones en el cuello uterino. Estas lesiones al momento de su detección pueden ser de bajo grado o de alto grado. Solo a partir de las lesiones de alto grado existe la posibilidad de evolución a un cáncer. Estas lesiones pueden ser detectadas a través de la prueba del Papanicolaou (PAP).
¿Cuándo debo realizarme el test de HPV?
Mientras que el PAP nos permite detectar células morfológicamente compatibles con infección por el HPV, la detección del ADN viral por métodos moleculares es la prueba definitiva de presencia del virus. Es necesario, posteriormente, realizar la tipificación del HPV para saber si pertenece al grupo de bajo riesgo (HPV-6 y 11) o al grupo de alto riesgo (HPV-16, 18, 31 y 33). Se debe considerar que es frecuente encontrar infecciones mixtas, es decir, por varios tipos a la vez, en una misma muestra. Ante una prueba de PAP anormal es recomendable realizar el ensayo de detección y tipificación del HPV.
¿Se puede reemplazar el PAP con el test de HPV?
No. Es importante recordar que, en la mayoría de los casos, las infecciones por HPV son transitorias y remiten solas sin producir ninguna alteración, incluso si se trata de infecciones con HPV de alto riesgo. Es decir, si bien el ensayo de HPV es altamente sensible, presenta baja especificidad. El ensayo de detección y tipificación de HPV debe complementarse a la prueba de PAP.
¿Cómo se puede prevenir la aparición de cáncer cérvico-uterino?
La prevención se puede realizar por medio de la inmunización con las vacunas contra el HPV, la cual se encuentra dentro del Calendario Nacional de Vacunación.
Actualmente se disponen de 2 vacunas:
- Cervarix®: previene la infección por los HPV-16 y HPV-18 que causan la mayoría de los casos de cáncer.
- Gardasil®: previene la infección por los HPV-16 y HPV-18, y además los de bajo riesgo HPV-6 y HPV-11.
El Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cérvico-uterino (PNPCC), dependiente del Instituto Nacional del Cáncer (INC), incorporó el método de tamizaje de HPV como estrategia de prevención del cáncer cérvico-uterino en algunas provincias del país (Jujuy, Catamarca, Neuquén, Misiones y Tucumán) y 3 municipios de la provincia de Buenos Aires (La Matanza, Florencio Varela y Moreno). Se espera que en los próximos años, se extienda a los programas de tamizaje del resto de las provincias. Es importante mencionar, que los ensayos de tamizaje de HPV solo pueden ser empleados dentro de un programa coordinado de Salud Pública.
Fuente: Dr. Germán Perez, miembro del Servicio de Laboratorio de Análisis Clínicos de Grupo Gamma