Por Arce Germán
Neumonología
Ya en el año 2011 te anticipábamos, en un artículo, las primeras conclusiones y recomendaciones tanto nacionales como internacionales sobre el cigarrillo electrónico. Esta invención China se patentó como “un cigarrillo de atomización electrónica que funciona como reemplazo para dejar de fumar y sustituto de los cigarrillos”.
Un reciente estudio(1) ha analizado distintos aspectos sobre el uso del cigarrillo electrónico. Los especialistas utilizaron métodos específicos de investigación para estudiar las estrategias de promoción, los efectos en la salud, el impacto en la cesación tabáquica (tabaquismo) y las políticas regulatorias vigentes referidas al cigarrillo electrónico.
Las conclusiones a las cuales llegaron son que:
- No existen evidencias suficientes acerca de su eficacia y seguridad.
- Favorece la continuidad del hábito y el fomento de conductas de iniciación en el uso de la nicotina en la juventud.
- No se ha logrado demostrar que sea menos dañino para la salud que el consumo de cigarrillos convencionales.
- Las terapias farmacológicas de eficacia y seguridad probadas son el reemplazo de nicotina, vareniclina y bupropión.
Por dicho motivo, es fundamental alentar a los fumadores a abandonar totalmente el hábito y adoptar las recomendaciones basadas en la evidencia: preguntar, asesorar, evaluar, ayudar y organizar. En definitiva, el secreto: no fumar.