A pesar de ser hija de dos bioquímicos, a Paula Casati no siempre le gustó la ciencia. “Cuando estaba en la secundario no me gustaba la biología ni nada relacionado a pesar de que mi mamá era investigadora. Pero tuve una profesora de biología que era buenísima y me empezó a mostrar otra biología que no conocía y ahí me empezó a gustar”, relata Casati, Licenciada en Biotecnología por la Universidad Nacional de Rosario. El jueves 16 de noviembre, Paula Casati fue galardonada con el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, en colaboración con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
El premio consiste en un apoyo económico de $300.000 para que la investigadora ganadora continúe con el desarrollo de su proyecto dentro del país. A su vez, a través de acciones complementarias, se busca visibilizar a estas mujeres científicas y su trabajo, para que sean faro y referencia de muchas otras, ya que el programa no solo busca premiar la excelencia científica sino promover y estimular la participación de las mujeres en el ámbito científico, un área en la que, hasta hoy, ocupan sólo el 30% de los roles jerárquicos.
Casati es Investigadora Principal del CONICET en el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI, CONICET-UNR) y quien lidera el proyecto “Bases moleculares de la inhibición del crecimiento de plantas por radiación UV-B”, que busca profundizar en el estudio del efecto de la radiación solar UV-B en el crecimiento de las hojas de las plantas buscando mejorar el crecimiento de los cultivos.
“Las plantas se protegen del UV-B porque les hace mal. Una de las formas es sintetizando compuestos que actúan como protectores, pero además tienen otros mecanismos de protección, que son lo que estamos investigando, procesos que están involucrados en el crecimiento de las plantas. Si una planta crece en presencia de radiación solar con UV-B crece más chica, con una consecuencia importante de la disminución de producción. Estamos tratando de ver por qué ocurre eso y cómo solucionarlo”, explica Casati, que está casada con un investigador con quien tiene una hija de 6 años.
“Ya conocemos ciertos puntos de control que se pueden modular dentro de una planta. Hemos visto que en ciertas plantas este efecto de disminución no es tan importante, quizás en el futuro se puedan cultivar variedades que sean más tolerantes a la radiación y eso haría crecer la producción”, relata Casati, sobre el enorme impacto que podría tener su investigación en el agro, aunque aclara que los resultados se verán a largo plazo. “Este premio, este tipo de estímulos es muy importante. Por un lado representa una ayuda económica muy necesaria para poder seguir investigando y por el otro porque permite llegar a chicas más jóvenes, quebrar el estereotipo de mujer científica y mostrarles que la carrera en la ciencia se puede compatibilizar con una vida como mujer, como madre y como esposa”, concluye Casati.