La situación económica en la Argentina parece no beneficiar a los emprendedores tecnológicos y, en consecuencia, muchos miran a Uruguay como un destino ideal para expandir su negocio. Por esta razón, en junio del año pasado el Gobierno uruguayo flexibilizó las condiciones que deben cumplir los argentinos para tributar en el país vecino, para tramitar una residencia fiscal como también beneficia a las empresas de tecnología con bajos impuestos. Precisamente, la Ley de Inclusión Financiera exonera de tasas y tributos a la importación de insumos asociados a la innovación tecnológica del sector de electrónica o robótica. Por otro lado, tampoco requieren la intervención de un despachante de Aduana para exportar e importar.
El vicepresidente de Visa destacó el caso de Uruguay como modelo por tres características claves. En primer lugar, la incorporación de políticas públicas integrales como la Ley de Inclusión Financiera y la sucesión de medidas. En segundo lugar, créditos fiscales a consumidores y comercios y fomento a la competencia y precios no regulados. Por último, acuerdos y certidumbre para realizar inversiones”, agrega.
Por el momento, en la Argentina se reglamentó la Ley de Economía del Conocimiento. Algunos de los beneficios de la ley son la baja al 0% en las retenciones a las exportaciones, reducción de manera segmentada del Impuesto a las Ganancias según el tamaño de la empresa, una rebaja de hasta 70% en las contribuciones patronales y bono de crédito fiscal de 24 meses del 80% sobre los aportes patronales. En esta misma línea, las empresas deberán emplear gente en el país, cumplir con los requisitos de los sindicatos y declarar en AFIP.
“Es una ley necesaria pero no suficiente. Tendría que haber medidas específicas para el sector fintech, por ejemplo”, apunta Carballo. Meses atrás, fuentes del sector IT concluyeron que es necesario para el país lograr estabilidad fiscal para beneficiar la exportación de servicios basados en el conocimiento.
Fuente: infotechnology