Lo qué sucederá en el mercado laboral y en las relaciones laborales, todavía tiene un gran componente de incertidumbre, por el avance de la tecnología, la globalización y el uso de nuevos formatos digitales. Todo esto generó un fuerte impacto que provocó la ruptura de un viejo paradigma para dar inicio a nueva realidad.
Si bien, la globalización y el fenómeno de la economía laboral colaborativa y la modernización de las nuevas formas de relacionarse en el mundo laboral ya vienen gritando su presencia, la pandemia les dio un empujón y una viralización sin precedentes.
Este impulso produjo y producirá en las relaciones laborales y en el mundo del trabajo, algunos cambios que formaran parte de los temas a analizar y debatir tanto por los expertos en la materia, como por los actores involucrados, en miras al trabajo del futuro.
A partir de estas premisas, desde PyMES de A24.com entrevistamos al Dr. Juan Pablo Chiesa, especialista en Derecho del Trabajo y Seguridad Social, para quien existen tres grandes tendencias que pueden reconfigurar el trabajo post-pandémico.
La gran renuncia, el trabajo a distancia y las reuniones virtuales
Para el especialista, “el mundo sufrió una gran bofetada. Ahora vemos cómo los seres humanos evolucionamos para darle validez a las cosas cotidianas, revalorizando el hogar, la familia, los amigos, los momentos y encuentros sociales y recreativos, las actividades y hobbies postergados, antes que pasar la mayor parte del día en una oficina calentando una silla automatizando a la gente”.
Y agregó: “la clave está en buscar un equilibrio. Reinventarse, mutar hacia el futuro, pero qué quiere el futuro del trabajo. Calidad por encima de la cantidad, esto es, mano de obra calificada, inversión en capital humano, mayor productividad en las empresas con empleados más eficaces y felices en sus relaciones humanas, automatización y tecnología al servicio de la profesionalización y principalmente erradicar el conflicto laboral en virtud del bienestar humano.
Y, por último, hizo alusión a la combinación entre la vida personal y la vida profesional.
“El no tener que desperdiciar horas en un transporte (público o privado) para llegar a un trabajo que demandará mucho tiempo fuera de los propios hogares, como también el gozar de espacios y tiempos más amigables en los domicilios particulares, esparcimiento de la mente humana y poder utilizar la tecnología para las responsabilidades laborales sin tener que salir de la casa, o en lugares más a gustos, cambió el paradigma de muchos empleados sobre sus desarrollos profesionales y personales”.
La contracción del tiempo empleado: calidad de trabajo y calidad de vida
El segundo efecto que Chiesa destaca está relacionado con “ver que en el mundo, en muchos países, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Japón, Noruega, Islandia Bélgica, Nueva Zelanda y Suecia, entre otros, se tuvo que legislar la jornada de trabajo“.
Con el objetivo de mejorar la productividad, reducir los gastos, desarrollar la creatividad y lograr mejores condiciones de vida, se implementó en los países más desarrollados de Europa y Asia una contracción de la jornada laboral.
Al respecto, Chiesa ejemplifica: España fue el último país en sumarse a esta nueva moda. En algunas empresas multinacionales, incluso, se desarrolla un proyecto que lleva el nombre de Work Life Choice (Elección de vida laboral) que desafía a sus empleados a trabajar en poco tiempo, descansar y aprender bien“.
Y añade: “en los países en los que se llevó a cabo esta prueba y en las empresas que participaron, la productividad aumentó un 40% respecto al mismo mes del año anterior, porcentaje que se midió de acuerdo con las ventas que habían realizado los trabajadores, y 90% de los empleados manifestaron estar contentos con la jornada laboral reducida”.
Además, Chiesa aseguró durante la entrevistas que “los gastos de consumo de electricidad disminuyeron un 25,1% y las impresiones de papeles fueron 58% menores, en comparación con el año inmediato anterior”.
Según él, el concepto de que la contracción de la jornada laboral aumenta la productividad y genera mayor empleo genuino, permitiendo al mismo tiempo la reducción de conflictos laborales y una mejor calidad de vida para los empleados.
Además, Chiesa destacó que “está técnicamente comprobado que la calidad de trabajo y la capacidad de producción de una persona tiende a disminuir con el trascurso continuo de horas de labor en exceso. Por eso en la evolución de las normas legales, máxime de índole internacional, se visualiza una marcada tendencia a la disminución del límite semanal de 48 a 40 horas”.
“El Convenio 47 de la OIT establece una jornada máxima de 40 horas semanales, en consonancia con los países más industrializados y con aclaración que ello debía ser aplicado de forma tal que no implique una disminución del nivel de vida de los trabajadores. Argentina no ratificó este convenio ni adhirió a sus recomendaciones”, explicó Chiesa.
La automatización y la innovación tecnológica al servicio de la producción
Al preguntarle por los trabajos automatizados y la irrupción de las nuevas tecnologías, Chiesa aseguró que “hace meses vengo desarrollando la teoría del Smart Working pensando en su aplicación adaptada a nuestro contexto nacional y regional”.
Se trata de la nueva alternativa laboral donde se aprovecha al máximo la calidad del trabajador y se le pone a disposición todas las herramientas que le permitan ser más eficaz y obtener mejores resultados.
“Las conexiones en línea y en tiempo real a través de las TIC han permitido que los trabajadores puedan trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento, lo que ha sido llamado como Smart Working o trabajo ágil, el cual refiere a la posibilidad de decidir no solo desde dónde trabajar, sino también cuándo hacerlo (flexibilidad en la jornada de laboral)”, explicó el especialista.
El Smart Working viene con principios propios. El primero, tiene que ver con la movilidad de la ubicación del desempeño de las tareas; la flexibilidad de la jornada laboral y el cumplimiento de objetivos por parte de la empresa.
“Esbozar estas 3 tendencias, hacen pensar y sientan que estamos en presencia de una oleada de innovaciones tecnológicas que ha puesto, no solo en jaque al mundo del trabajo, sino obligaron a cuestionar el concepto de trabajo tradicional y apuesta por dar espacio a nuevas formas y modalidades de empleo”, destacó Chiesa.
Y concluyó “vivimos en un nuevo mundo. La educación, la creatividad, la innovación tecnológica, la ciencia y el capital humano se desarrollan a una velocidad nunca vista. En un futuro cercano estos procesos van separan a los países que abdiquen del conocimiento y de las nuevas tecnologías de los que inviertan en ellas”.
Fuente: A24 Pymes