La República Libanesa tendría decidido legalizar el cultivo de cannabis medicinal. La medida sin embargo, no habría surgido como una forma de combatir al narcotráfico o por cuestiones relacionadas a la salud pública, sino que tendría un trasfondo económico. Es que según informó Business Insider, la decisión fue tomada luego de que el gobierno libanés recibiera un informe de la consultora McKinsey & Company, contratada por el país para explorar una serie de iniciativas para reactivar su economía.
La posibilidad de que El Líbano legalice el cultivo de cannabis para uso medicinal fue confirmada por el presidente de la Cámara de Representantes de ese país a la embajadora estadounidense en El Líbano Elizabeth Richard, según informó la agencia de noticias oficial de ese país.
El trabajo de McKinsey evaluó el impacto económico que supondría que el país de Medio Oriente pasar del mercado ilícito a uno regulado para uso medicinal. Sucede que –de acuerdo a un estudio elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en 2016– El Líbano es el tercer productor mundial de hachís ilícito, la resina psicoactiva producida por las plantas de cannabis. Y eso podría traducirse en una oportunidad para el país que ha sufrido un significativo aumento del desempleo y un crecimiento lento desde 2011, cuando estalló una guerra civil en la vecina Siria.
Un vocero de McKinsey aclaró a Business Insider que el gobierno libanés le pidió a la consultora que evaluara el impacto de la legalización del cannabis como parte de un conjunto de más de 150 iniciativas para impulsar la economía del país. El vocero aclaró, sin embargo, que el reporte de McKinsey no recomendaba explícitamente legalizar el cannabis medicinal.
En una entrevista concedida a Bloomberg a principios de este mes, el ministro de Comercio de El Líbano, Raed Khoury, dijo que la calidad del cannabis de ese país es la mejor del mundo, y predijo que el cannabis medicinal podría convertirse en una industria de miles de millones de dólares.
La posibilidad que está considerando El Líbano, sin embargo, no es novedosa. Desde que Canadá se convirtió en el segundo país –el primero entre los que integran el G7– en legalizar el cannabis para adultos, varios otros países del mundo han intentado modificar su enfoque de la planta, en gran parte por razones económicas.
Arcview Market Research, una firma de investigación de la industria del cannabis, predice que el gasto mundial en cannabis legal llegará a US$ 32 mil millones para el 2022, lo que representa una tasa de crecimiento del 22%.
Además de Canadá, otros países como Tailandia y Zimbabwe han tomado la decisión de reevaluar la prohibición del cannabis considerando el beneficio económico que ello supone.