Las costas de Uruguay son reconocidas por su más grande atractivo, Punta del Este. Aún así, los destinos más chicos y menos comerciales de su aérea cercana ofrecen pintorescos rincones donde la mente puede vagar sin el bullicio de las grandes ciudades, otorgando descanso y calma.
El Corredor de las playas es una región Uruguaya destacable.La belleza del mar uruguayo puede ser accedida desde este corredor atlántico, integrado por numerosas ciudades, entre ellas: Atlántida, Minas, Maldonado, Piriápolis, Punta del Este, La Barra, José Ignacio, La Paloma, La Pedrera, Cabo Polonio, Valizas, Aguas Dulces, Punta del Diablo y Chuy. Según informa Sam Travel.
La Pedrera, La Paloma y Cabo Polonio son las opciones más tranquilas para pasar los días estivales contemplando mágicos atardeceres. A ellas, se suman Valizas, Aguas Dulces y el pintoresco pueblo pesquero de Punta del Diablo, como placenteras alternativas.
La Paloma es un lugar apropiado para un buen descanso, con hotelería, complejos de cabañas y casas de alquiler muy confortables. Se encuentra rodeada por un impresionante y hermoso bosque de pinos, que promete reposo y sosiego. No dispone de infraestructuras sofisticadas. De gente sencilla, que hará lo posible para que la pase muy bien, se sentirá a gusto recorriendo sus locales y calles.
Las playas, cada una con su propia geografía, responden a la diversidad de gustos de sus habitúes y visitantes. Las hay mansas, como las playas de la bahía, con olas bravas y movedizas, como sucede en la playa Anaconda, y con los mejores atardeceres del mundo, los que se observan desde la Balconada. Los Botes es la playa para caminar durante horas.
La Pedrera, familiar, pequeña y apacible, es una pequeña villa de varias cuadras de diámetro muy popular en verano, donde es muy común encontrar familias, jóvenes y amantes del deporte acuático.
Una de sus playas -La Playa del Barco- presenta grandes olas, virtud necesaria para quienes desean surfear; mientras que otra -El Desplayado- es una de las playas preferidas por las familias con niños pequeños, ya que es ideal por el oleaje casi imperceptible y seguro.
Punta del Diablo
El pintoresco pueblo de pescadores muere en el mar. Con calles curvadas por el viento, con una arquitectura rústica y con playas que seducen a todo aquel que pisa sus arenas, es uno de los balnearios preferidos por quienes visitan el Este uruguayo. Una enorme cantidad de piedras embellece el paisaje costero con formas redondeadas por el caprichoso trabajo del tiempo, huellas emblemáticas de la erosión del mar y el viento.
Al igual que en otros conocidos balnearios uruguayos, sus playas más visitadas son La Brava, con olas grandes y movedizas, y La Mansa, mucho más tranquila porque descansa sobre una pequeña bahía que la resguarda del viento. Se trata de dos opciones perfectas para divertirse: una, para los jóvenes y surfistas, y la otra, para padres de niños pequeños que pueden jugar lejos del peligro sin dejar de disfrutar del agua.