La TV, computadora de escritorio, notebooks, tablets y ahora los smartphones. Hace casi un siglo se creó el primer televisor comercial y dio inicio así a cien años de una estrecha y cotidiana relación entre el ser humano y las pantallas.
Con el paso del tiempo, este vínculo se afianzó al punto que el teléfono inteligente se convirtió en una verdadera computadora de bolsillo y una extensión casi inseparable de cualquier persona. Para poner en contexto, las cifras provistas por StrategyAnalytics y Statista son más que elocuentes:
- Más del 50% de la población mundial tiene un smartphone
- Existen más teléfonos inteligentes en circulación que personas (7.700 millones contra 7.400 millones)
- Casi 35 millones de argentinos posee algún tipo de teléfono inteligente (más de tres cuartos de la población total)
Este mundo, regido por las pantallas, está por abrazar un nuevo concepto tecnológico que significará un verdadero cambio de época. El metaverso, es decir, los mundos virtuales inmersivos, traerán consigo otra revolución tecnológica (a nivel conceptual, de hardware y software) que abrirá las puertas a un nivel de interacción hasta ahora no explorado.
¿Y qué espacio ocuparán los dispositivos que hoy parecen irreemplazables?
“Manos libres” y las nuevas posibilidades del metaverso
Los anteojos y cascos de realidad virtual desarrollados en los últimos años fueron los primeros exponentes de esta tecnología. Sin embargo, su aterrizaje en hogares estuvo muy vinculado al mundo de los videojuegos. Y esta barrera es la que se romperá en el corto plazo, utilizando este tipo de dispositivos para interactuar con otros, trabajar, asistir a encuentros sociales y más.
Facundo Tula, fundador de Diacrítica Consultores, afirma que para que el metaverso tenga este nivel de impacto se necesita “dar un paso más” en el desarrollo de soportes tecnológicos, apps y redes.
“Por ahora, esas cosas no terminan de funcionar integradas y eso es lo que el metaverso propone: integrarse para ofrecer una experiencia inmersiva de cosas que hacemos cotidianamente. Por eso falta la segunda parte para que la disrupción termine de consolidarse como tal: una gran masa de usuarios”, explica Tula.
Para Cipriota se requerirán avances en varias áreas que van desde nuevos dispositivos hasta el software: “Las nuevas generaciones de hardware deberán ser construidas como pantallas para hologramas, proyectores, baterías, radios, chips de silicona a medida, cámaras, salidas de audio, sensores para mapear el mundo que nos rodea y más. Y todo esto tiene que entrar en gafas de 5 milímetros de ancho“.
Ajustín Tejera, VP Digital y Creativo de another, cree que para que un producto se adapte al mercado y penetre en la mayoría de los consumidores de manera rápida y accesible, “debe adaptarse a la tecnología actual: ese ha sido también el punto de partida de Meta en la mayoría de sus desarrollos centrado en la experiencia del usuario y en romper las barreras tecnológicas de adopción”.
Y agrega: “El metaverso tendrá más retos en términos de software y experiencia de usuario que de hardware”.
“En vez de tener que lidiar con la inconveniencia de tener que ‘sostener nuestro teléfono’, la información estará disponible constantemente frente a nosotros. Será muy complicado concebir en el futuro otra realidad que no sea esa, como hoy puede ser vivir sin acceso a Internet”, comenta Andrés Pagella, Technology Director de R/GA Latam.
¿Se viene la próxima evolución del “manos libres”?
Mientras estás tecnologías continúan su desarrollo, las empresas más importantes del mundo, como Samsung o Apple, se enfrentan en el mercado de los smartphones con sus nuevos teléfonos: plegables, más pequeños, con mejores cámaras, más poderosos. Sin embargo, cada una de estas firmas está trabajando en sus propios visores de realidad aumentada o virtual.
Entonces, ¿los celulares inteligentes y PC tienen fecha de vencimiento? “Con el suficiente avance tecnológico, es probable que sí. Con lentes o visores especiales podremos configurar las pantallas del tamaño que nosotros queramos en nuestro rango visual, lo que haría que, eventualmente, el uso de PC y smartphones se vuelva innecesario”, suma Pagella.
Tejera asegura que este tipo de dispositivos “todavía tienen larga vida”, por la constante reinvención. Pero es consciente de que las nuevas tecnologías “invisibles” estarán cada vez más presentes.
“Estamos asistiendo a un boom de pantallas planas y flexibles con procesadores casi invisibles, por ahora poco accesibles al consumidor de clase media, que es lo que permite la expansión de las tecnologías”, explica.
En este punto coincide Tula: “Tienen fecha de vencimiento pero no por el metaverso en sí. Es razonable pensar que muy pronto empezarán a popularizarse nuevos dispositivos para conectarnos.”.
Y agrega:”Si el metaverso cala hondo y se asienta como un nuevo paradigma con la web3, las computadoras y celulares, tal como los conocemos hoy, quedarán obsoletos. Vamos a necesitar otro tipo de dispositivos, como cascos, mandos u otras innovaciones en nuevas generaciones de PC o smartphones”.
Desde Meta afirman que están trabajando en construir una tecnología inmersiva accesible para todas las personas: “La realidad virtual actual da idea de lo que es posible. Pero si observamos las experiencias de realidad aumentada para dar vida a nuestra visión, básicamente necesitamos colocar una supercomputadora en un simple par de anteojos de apariencia normal“, dice Cipriota.
Nadie se quiere quedar afuera, pero todos los expertos coinciden en que la llegada del metaverso no será de un día para el otro.
“Su principal característica es la presencia, y para ello todavía tenemos que construir nueva tecnología e infraestructura. Se sentirá como un híbrido de las experiencias sociales online actuales, que a veces son tridimensionales o proyectadas en el mundo físico, unidas de forma tal que podamos pasar fácilmente de una experiencia a otra”, explica Cipriota.
Más allá de facilitar el acceso a la información de una manera mucho más rápida e intuitiva, esta nueva clase de dispositivos, a diferencia de un celular, presentará información contextual. Es decir, según quién lo está mirando o lo que está haciendo en ese momento, a través de tecnología de seguimiento de iris o del reconocimiento de voz y manos.
“En otros casos, estas pantallas harían que las experiencias de uso logren un nivel muy superior de inmersión, especialmente si se compara con los dispositivos actuales”, agrega Pagella.
Tula asegura que, pensando en el ciclo de vida del metaverso como producto, el lanzamiento público y primera captación de usuarios es solo el comienzo. “Luego hay que fidelizarlos y que no sea como una app o juego, al que accedemos un par de veces, nos cansa y abandonamos”, concluye.
Si bien la llegada del metaverso es una realidad, a los teléfonos inteligentes y dispositivos con pantallas más tradicionales les queda un último sprint. Pero, probablemente, en algunos años (quizás no tantos), se encuentren los teléfonos que tenemos hoy en nuestros bolsillos en los “museos de tecnología”.
Fuente: iProUP