La cultura hipster también colaboró con mantener a flote este mercado; además de utilizar las cámaras que podían encontrar en los armarios o en los mercados de pulgas, este segmento que busca diferenciarse de los consumos mainstream hizo que la fotografía instantánea volviera a tomar una gran relevancia. Eso no sólo permitió que la cámara Fujifilm Instax Mini sea adoptada por miles de usuarios , también le abrió la puerta a que la marca Polaroid, la misma que inició este segmento, volviera a cobrar relevancia después de haber quebrado en 2001.
Es difícil de conseguir números sobre ventas de películas en todo el mundo, pero el consenso es que llegaron a un máximo de alrededor de 1.000 millones de rollos alrededor de 2002 y cayeron precipitadamente a 20 millones de rollos en 2016 .
Desde entonces, la curva comenzó a ascender nuevamente a razón de cinco por ciento anual. Pero el mayor movimiento dentro de este nicho de mercado fue realizado por un jugador relativamente nuevo.
Más allá de lo comercial, Lomography se presenta como una comunidad activa en todo el mundo. Cuenta Pelleray, “A lo largo de los años hemos desarrollados diferentes espacios, tanto online como offline, para que los Lomographers [término con el cual se refieren a los fotógrafos que usan estas cámaras] se junten e intercambien”.
Uno de los puntos de encuentro más frecuentes son las Lomo Embassy Stores, una mezcla de local de fotografía y galería de arte , donde los fanáticos de la marca pueden probar nuevos productos y conocerse entre ellos.
El origen de la empresa data de 1992, cuando un grupo de estudiantes vieneses fundaron la Lomographic Society International. El objetivo principal era rescatar las bondades de la Lomo LC-A, una cámara de origen ruso que sacaba fotos con colores saturados, tenía menos definición en la imagen y generaba un difuminado en el borde de las fotos .
Al poco tiempo el grupo publicó un manifiesto, redactó “Las 10 reglas doradas de Lomography ” (las cuales siguen siendo la base de su filosofía de producto) y montó una exhibición de fotos. En esa primera muestra se pusieron en venta 700 cámaras LC-A .
Previo a la disolución de la Unión Soviética y la caída del comunismo, muchas personas que vivían en países del bloque capitalista desconocían la existencia de los productos fotográficos de Europa Oriental .
Lomo , empresa rusa que data de principios del siglo 20, era una de las fabricantes más importantes de cámaras del bloque . Sin embargo, la caída del comunismo abrió un sin fin de oportunidades comerciales dentro de la región, permitiendo que productos que antes se conseguían mediante contrabando inunden los mercados y las tiendas especializadas.
Una vez que los fotógrafos al este de Berlín empezaron a acceder a marcas como Kodak, Canon o Nikon, no volvieron a mirar atrás.
Mientras en Europa del Este la demanda por cámaras locales mermaba, Lomography estaba creciendo de manera internacional . Para mediados de la década del 90 ya contaba con presencia en Internet , abría la primera Embajada Lomography en Berlín (una mezcla entre tienda especializada y galería de arte) y se celebraba la primera exhibición en los Estados Unidos.
En sus casi tres décadas, Lomography cuenta presencia en más de 50 países. Y si bien el mercado está centrado en los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, también cuenta con presencia en América latina. La Lomo Embassy Store de la Argentina es C41 Photo, cuyo local está ubicado en el barrio porteño de Palermo. Si bien abrió sus puertas en 2011, no fue hasta tres años después que el espacio se convirtió en una tienda oficial.
“Hubo un período de prueba para ver si todo funcionaba bien. En 2014 viajé a Austria y me reuní con el directorio de la compañía y manifestaron bastante positivamente haber nombrado a C41 la embajada “, cuenta Diego Di Michele, dueño del espacio en diálogo con INFOTECHNOLOGY.
“C41 surge porque empecé a ver que todo el mundo se estaba yendo de la fotografía analógica porque había llegado lo digital. Ahí decidí meterme a pleno en ese lugar de donde todos salían, a contramano de lo que yo imaginé para mi como consumidor”.
Antes de la cuarentena obligatoria, se podía ver personas que hacían fila para entrar al local, ya sea para comprar cámaras, accesorios, rollos de película o simplemente dejando para revelar.
En esas esperas las personas hablan, se conocen y conectan a través del amor por los fotogramas. No sólo muestran sus fotos a través de redes sociales, también generan muestras, arman laboratorios en sus casas e incluso venden las mismas cámaras que ya no usan.
“Es un nicho pequeño, nos conocemos entre todos”, cuenta Di Michelle.
En Instagram, y utilizando el hashtag #lomography, puede encontrarse miles de fotos tomadas por una cámara o rollo de película de esta empresa.
“Los lentes son muy particulares , no son simplemente lentes de plástico, cada cámara tiene su propio mundo y maneja un código particular “, cuenta Lola Latella, estudiante en el profesorado de artes plásticas y usuaria de cámaras Lomography.
Cada persona que ha utilizado alguno de sus productos suele destacar el aspecto lúdico y la experimentación. “Pensé que por ser una cámara de plástico no iba a tener buenos resultados, pero el lente resultó ser mejor de lo que pensaba” , marca Carla Iannelli, docente y fotógrafa.
FOTOS DEL FUTURO
Hace casi una década se estimaba que la fotografía analógica era un formato obsoleto, que eventualmente iba a desaparecer por completo. Sin embargo, esto parece estar lejos de la realidad. Así como el disco de vinilo volvió a las bateas de las librerías y los locales de música, hay quienes creen que la fotografía analógica no va a dejar de existir, y Lomography es la prueba de que todavía existe un negocio apostando fuertemente a la película fotográfica .
“Es una de las pocas compañías que está sacando continuamente nuevos films y cámaras, en un mercado donde ya no hay nadie más haciéndolo”, comenta Di Michelle. Y en la misma empresa aseguran que no tienen pensado dejar de hacerlo.
En palabras de Charlotte Pelleray: “Para nosotros es importante darle a la comunidad analógica nuevas herramientas , así como la necesidad de tomar nuevos riesgos. Somos unos apasionados por la fotografía analógica “.
CUATRO CÁMARAS LOMO QUE SE PUEDEN CONSEGUIR EN LA ARGENTINA
1. Lomography LOMO LC-Wide
Lomography LOMO LC-Wide.
Una versión renovada de la cámara que inició el movimiento Lomography. Si bien ya no se construye más en Rusia, mantiene el espíritu y el estilo de la pequeña cámara soviética. Precio: $39.500.
2. Lomography Diana F+
Lomography Diana F+.
Actualmente, este es uno de los modelos más populares de Lomography. Esta cámara utiliza película 120, un formato que permite tomar fotografías más grandes que la película 35mm. Este modelo cuenta con flash , y es posible sumarle otros accesorios que ayudan a profundizar el espíritu lúdico y experimental . Precio: $7.600.
3. Lomo’Instant Mini
Lomo’Instant Mini.
En 2014, Lomography entró al mercado de la fotografía analógica con la línea Lomo’Instant. Actualmente cuenta con diferentes variantes, siendo el segmento Mini uno de los más populares porque usa el pack de fotos que la Fujifilm Instax Mini. Precio: $7.300.
4. Konstruktor F Super Kit
Konstruktor F Super Kit.
Una de las propuestas más recientes de la empresa austriaca es Konstruktor, un kit pre construido que permite armar una cámara réflex de 35mm en un par de minutos. Esta es una buena opción para quienes quieran tener un breve pantallazo de cuáles son las partes de una cámara analógica. Precio: $ 5.000.
Fuente: infotechnology