De reciente apertura en plena Recoleta de Buenos Aires, este restaurant italiano, propiedad de los hermanos Waisman, hacen honor a la cocina de este país siempre teniendo como objetivo la alta calidad . Comenzando con la eleccción impecable de un personal especializado , todos cumplen con un servicio de excelencia, desde los cocineros hasta los camareros, incluyendo bartenders, y panaderos.
La selección no habrá sido sencilla, pero tampoco imposible, cuando se recluta personal con antecedentes en el Cipriani, Rodriguez Pardo, Azema y La Bourgogne entre otros. Con una carta bien elegida y equilibrada , todos los platos se preparan en el momento. La pasta trae lo mejor de las regiones italianas , la pastelería con técnicas francesas , las piedine (lease pizza bien delgada con perfumados aceites de oliva, rúcula, salmón o jamón italiano) y panificación de fabricación diaria, hacen que el menú sea una sorpresa intensa.
Tampoco los postres quedan librados al azar con el clásico e infaltable tiramisú con real mascarpone fabricado in situ hasta los helados, también de elaboración propia. Se complementa la carta con buenas etiquetas de vinos, y bartenders con propuesta de originales tragos . Tema aparte es la ambientación. Descontracturada con diseño americano de refinado gusto sigue la tendencia de la actual vanguardia. Colores cálidos a través de maderas claras, metales como el cobre, iluminación tenue pero presente, hacen del lugar un restaurant para disfrutar y comer bien.
Un dato no menor, precios muy buenos con una altísima calidad de producto. Resumimos en una palabra ésta nueva propuesta para nuestro próximo viaje a la Capital : ” Imperdible “. Quotidiano. Pasta bar . Juncal y Callao. Barrio Norte. Buenos Aires
Por Enzo Gentile