Araíz de la pandemia global de coronavirus COVID-19 que afecta a todo el planeta desde hace casi un año, el sector de viajes y turismo fue probablemente el más perjudicado. Hoteles, aerolíneas y agencias de turismo fueron los negocios más golpeados. De hecho, la mayoría aún sufre los efectos de la cuarentena, con varios cierres de frontera y restricciones a la circulación espóradicos en muchas partes del mundo.
Es por eso que plataformas dedicadas a los servicios de alojamientos como Airbnb se preparan para lo que puede ser una progresiva reactivación en la economía del sector y buscan anticiparse ante una inminente subida en la demanda aún si el trabajo remoto cambió cambiado la manera en que las personas reservan destinos.
Así, una familia puede reservar un fin de semana en junio o una estancia de meses durante el verano, por ejemplo, en un rango amplio de tiempo y opciones. Con esto, Airbnb espera ampliar la oferta de lugares a los que ir en una era en la que probablemente una persona no necesite regresar a una oficina física una vez terminadas sus vacaciones.
Por el momento, el research se limita únicamente a hogares y desde la compañía destacan que la función no tiene en cuenta las restricciones de viaje de COVID-19. Sin embargo, resta asegurar su viabilidad y que sea legal y seguro.
La flamante herramienta podría brindar a la plataforma un provechoso sustento para capitalizar esa futura demanda. Además, la firma estadounidense espera que esto ayude a los anfitriones a encontrar más clientes.
En tiempos dónde la pandemia ha soficado el negocio de los viajes, esto podría significar un valor diferencial para los usuarios, tanto demandantes como oferentes, ýa que estos últimos tendrán asimismo la posibilidad de escoger una mayor gama de tiempo entre que un anfitrión se quede en un hospedaje de Airbnb o deje las casas de alquiler por completo.
Fuente: iProUP