En el rubro reconocen que la recuperación llegó antes de lo pensado. La pesadilla pandémica quedó atrás y el desafío es ahora llenar de coches las concesionarias que suman clientes en listas de espera.
Durante el 2020 los proveedores de chips, orientaron sus ventas a las fábricas de celulares, juegos electrónicos y computadoras -los grandes actores de una vida intramuros- relegando a la industria automotriz paralizada por la cuarentena. El desabastecimiento de estos semiconductores, básicos para el funcionamiento de los vehículos, operó como una nueva restricción a la producción, restando velocidad de respuesta ante una demanda que comenzó a sanar.
Aceitar el sofisticado engranaje de la cadena de suministro es el gran reto de las automotrices, de las que depende una sofisticada red de sectores vinculados a la fabricación y comercialización de un coche.
Testimonios de actores centrales de nuestra región nos permiten conocer de primera mano el cuadro de situación de cara al segundo semestre del año.