Por Roberto A. Vázquez Ferreyra
Hace aproximadamente 20 años un hacker rosarino desde su dormitorio y con una muy elemental PC logró penetrar en los archivos informáticos más secretos de una conocida empresa multinacional. Intervino Scotland Yard, Interpol y la Policía Federal Argentina. El hacker fue descubierto y procesado. No obstante, la empresa cuyo gerente de sistemas obviamente fue despedido, tuvo que invertir fortunas para investigar la intromisión en sus sistemas, y reforzar todo su sistema de seguridad.
Han pasado 20 años y los ciber delincuentes se han perfeccionado de manera notable. En nuestro medio se advierten todo tipo de delitos, entre los que podemos enumerar:
1- Secuestro de información a través de encriptamiento de datos. Por lo general se trata de delincuentes internacionales que cobran rescates con cripto monedas.
2- Estafas a través de llamadas a los teléfonos celulares, en las que por medio de engaños, los delincuentes van sacando información para luego utilizarla en perjuicio de la víctima o sus allegados. A veces se hacen pasar por agentes del Ministerio de Salud, empleados bancarios, o empleados de empresas de servicios como por ejemplo telefonía celular o TV por cable. Otras veces se hacen pasar por policías que comunican algún accidente o secuestro. Con la información obtenida ingresan en las cuentas bancarias y las vacían, u obtienen créditos o consumos que se cargan a la cuenta de las víctimas
3- Vaciamiento de cuentas bancarias por medio de virus que se encuentran en las webs bancarias o que se instalan en las computadoras a través de emails falsos que son abiertos por los usuarios.
La anterior se trata de una enumeración meramente enunciativa pues las modalidades cambian y se perfeccionan día a día. En casi todos los casos requieren la “colaboración” de la propia víctima quien resulta engañada y brinda información a quien no debe, o abre mails que vienen con virus que infectan las computadoras.
La situación se agrava día a día, a punto tal que en el mes de abril hemos tenido conocimiento de no menos de 11 casos, muchos de ellos millonarios. En la mayoría de los casos se trató de vaciamiento de cuentas bancarias, a través de transferencias a bancos de otras localidades o a través de pagos electrónicos.
Una de las causas del auge de esta nueva modalidad criminal obedece a que los ciber delincuentes se manejan con absoluta impunidad. Sucede que las denuncias penales por lo general caen en vía muerta, o porque la Justicia no cuenta con los medios y personal idóneo para investigar este tipo de delitos.
Es imperioso que las autoridades presten atención a este tema porque de lo contrario, en pocos meses todos habremos sido víctimas de algún ciber ataque o intento de estafa.
Por suerte los Tribunales civiles y comerciales vienen reaccionado en favor de los estafados por cuanto si bien pueden haber contribuido con sus conductas a la realización del delito, no es menos cierto que ello se ve favorecido en la generalidad de los casos por la falta de medidas de seguridad suficientes o adecuadas por parte de las entidades bancarias.
En síntesis, y hasta que las autoridades hagan lo que tienen que hacer, debemos extremar las precauciones, no atendiendo llamadas de teléfonos desconocidos, colgando inmediatamente frente a cualquier llamado sospechoso, no abriendo emails por más serios que parezcan si no vienen de una dirección conocida, y aún así verificar en la dirección que sea realmente la que corresponde. Esto último porque hemos visto email remitidos por bancos conocidos y hasta por el FBI, que al abrir la dirección se advierte que es falsa (por ej. El FBI o los bancos nunca van a enviar un mail de una cuenta de yahoo, o Gmail).
El riesgo es cada vez más alto y en gran parte depende de cada uno evitar ser víctima de esta nueva delincuencia.