Argentina está pasando por uno de sus peores momentos, tanto en lo institucional como en lo económico. A ello se le suma el tema de la inseguridad que desde hace años ha dejado de ser una mera sensación para convertirse en una pandemia, que en ciudades como Rosario se cobra una vida cada veinte horas. Desde el oficialismo, o un sector del mismo, se trabaja las 24 horas del día generando ideas para lograr un fin por todos conocido, y que en los hechos importa el avasallamiento de las instituciones republicanas.
Estamos en un momento que exige una grandeza nunca vista por parte de la dirigencia política para evitar que la autocracia populista se lleve puesta a la democracia republicana.
Pero lamentablemente frente a ello, nos encontramos con un comunicado de la fuerza opositora más importante que cuanto menos, es inoportuno, por no decir absolutamente desfasado de la realidad. En la semana que pasó, la mesa nacional de Juntos por el Cambio emitió un comunicado dando a conocer la agenda para los próximos meses. Y así vemos que mientras un sector de la política se quiere quedar nada menos que con el Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura, que los índices de inflación nos llevan al top five a nivel mundial, que la inseguridad se ha adueñado de ciudades como Rosario, y tantos otros padecimientos que vivimos a diario los argentinos, la agenda de la oposición pasa por el cambio climático, políticas sociales (entiéndase más y más planes), desarrollo sostenible (cuando ni siquiera podemos hablar de desarrollo), y relaciones internacionales entre otros. Cuando leemos el comunicado no podemos dejar de pensar en los sabios de Bizancio momentos previos a la caída de Constantinopla, salvando las diferencias pues acá no podemos hablar de sabios.
Podemos decir que hasta resulta escandaloso que en la agenda no figuren temas como controlar la inflación y combatir la inseguridad. Esto último tal vez obedece a que en muchos políticos todavía está arraigado aquello de que seguridad es sinónimo de represión.
Que quede claro que no queremos quitarle importancia a los temas propuestos, como por ejemplo el cambio climático, pero pareciera que prioridades son prioridades. A quién le puede interesar el cambio climático con una inflación de más del 6% mensual y con el riesgo de salir a la calle y que lo asalten o asesinen.
Como si fuera poco, y en una clara muestra de que solo se piensa en las elecciones de 2023, dejaron en claro su rechazo a Milei. Ello fue un error estratégico imperdonable por parte de quienes se llaman dirigentes. Con ese comunicado le dieron a Milei una entidad que tal vez hasta ese momento no tenía. Lograron ponerlo casi a la par de la principal coalición opositora. Por lo demás, demuestra también el miedo que algunos le siguen teniendo a las ideas de la libertad, tal vez porque se quedaron con el liberalismo del siglo XIX, sin advertir que los países que mejores logros han tenido desde todo punto de vista han sido aquellos que han adoptado políticas liberales adecuadas a los tiempos que corren.
Todo indica que a la dirigencia política republicana le falta un baño de realidad. Claro que hay excepciones. La propia Patricia Bulrich puso el grito en el cielo cuando se enteró del comunicado elaborado por sus pares.
Como bien lo señaló Héctor Guyot en su nota publicada en La Nación del domingo último, “Hay políticos de la oposición que entienden cabalmente lo que está en juego. Pero no se percibe la misma claridad en algunos de los principales referentes de Juntos por el Cambio, más preocupados por las candidaturas que por la encrucijada que enfrenta el país, a la que no parecen medir en toda su magnitud”.
Estos tiempos exigen grandeza, pero parece que algunos prefieren parecerse a los pitufos. Y una pregunta final. En la foto de la mesa nacional se ve a todos con una amplia sonrisa. La pregunta es: ¿de qué se ríen?
Roberto Vázquez Ferreyra – Ex Juez en lo Civil y Comercial