ON24 adelanta el informe exclusivo para su revista de noviembre, de la prestigiosa consultora Management & Fit liderada por Mariel Fornoni y Mariana Foutel
Como en todos los años impares el foco estará puesto en las elecciones. Formalmente, se definirá la composición del Congreso Nacional. Cambiemos arriesga en Diputados casi la mitad de sus 87 bancas pero muy poco en el Senado (apenas 3 bancas). En cambio, el peronismo pone en juego mucho más. Los bloques de Massa y Bossio deberán revalidar algo más de la mitad de sus escaños en la Cámara Baja si desean mantener poder de negociación. El kirchnerismo también arriesga una porción importante de su representación en Diputados (31 de 73 bancas). Y los gobernadores trabajarán para ratificar su influencia en el Senado, donde poseen mayoría.
De todos modos, las elecciones alterarán algo más que el balance de poder dentro del Congreso. Políticamente, se trata de la antesala del 2019 y quienes salgan bien parados tendrán una posición más aventajada (aunque 2 años es mucho tiempo en Argentina). El futuro de Cambiemos y del peronismo dependerá del resultado de las urnas. Lo mismo aplica para la agenda de reformas de Macri. Consolidar el poder político (gobernabilidad) es clave para poder avanzar con las medidas pendientes y reducir la incertidumbre que hoy limita la inversión privada.
El gobierno tiene algunas razones para ser optimista de cara a las elecciones. En primer lugar, parte de una buena posición ya que la erosión sufrida hasta ahora fue baja. Es más, si las elecciones se llevaran a cabo hoy casi 38% de la población acompañaría a los candidatos del oficialismo, frente al 35% que apoyaría a la oposición.
En segundo lugar, se nota una mayor priorización de los temas relevantes para la opinión pública. La inseguridad y los problemas económicos (inflación, desempleo y pobreza) son las principales preocupaciones y el gobierno está trabajando activamente para resolverlos. No se ve un divorcio entre la agenda del gobierno y la de la sociedad.
En tercer lugar, si la economía mejora las chances de un buen resultado electoral se incrementarán. Precisamente, esperamos un giro económico positivo para el 2017, como se analiza en el apartado siguiente. Pero no alcanzará con mostrar una inflación en baja y una economía que vuelve a crecer. Hará falta que estos resultados se sientan en la calle y ello no está garantizado aún.
Por último, el gobierno depende, en gran medida, de sí mismo. Si acierta en la gestión y en la estrategia política (ambos supuestos fuertes) el camino hacia la victoria estará más allanado. En este aspecto, mantener al PJ lo más dividido posible por el mayor tiempo posible resultará clave, sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, donde podrían llegar a competir dirigentes peronistas de relevancia (Massa, CFK, Scioli, Randazzo). Nuevamente, la pelea principal se dará en terreno bonaerense. A falta de candidatos “taquilleros” Mauricio Macri y María Eugenia Vidal tendrán que ponerse la campaña al hombro. El futuro de ambos (y del país) depende de ello.
Perspectivas económicas 2017: Con el foco en las elecciones
Como analizamos precedentemente, en 2017 los cañones estarán apuntados a ganar las elecciones legislativas. La gobernabilidad requiere controlar el relato, la calle y el Congreso, tres aspectos en los que Cambiemos hoy depende de los medios, de los sindicatos y de la oposición. En cierta medida estos tres actores se han mostrado colaborativos pero su apoyo no es gratis, firme ni permanente.
Este trasfondo es útil para pensar lo que viene. Exagerando el reduccionismo, la sociedad vota con el bolsillo. Ello implica que el gobierno prestará atención a dos variables clave: inflación y crecimiento. En materia de precios, estimamos un incremento del 20% para fines de 2017, por encima de la meta oficial (17%) pero muy por debajo del número de 2016 (39%). El BCRA continuará utilizando la tasa de interés para consolidar la desinflación aunque dos factores estarán fuera de su control. Los ajustes tarifarios pendientes empujarán la inflación mientras que la próxima ronda de paritarias posiblemente termine con una pauta inconsistente con el objetivo oficial. Por el lado positivo, salarios más altos en términos reales empujarían el crecimiento, mejorando las chances de Cambiemos en las urnas.
Precisamente, en materia de crecimiento estimamos una recuperación algo más robusta que el gobierno (3,8% vs 3,5%). ¿Las razones? La recuperación del poder adquisitivo, la concreción de parte de los más de USD 50 mil millones en proyectos de inversión privada, el ambicioso plan de infraestructura estatal, la mayor producción agropecuaria y un Brasil algo más pujante. Desconocemos si este escenario será suficiente como para que el gobierno logre el triunfo en las urnas. Lo importante será que se “sienta” la mejora en la calle.
La dinámica de las finanzas públicas es un aspecto que comienza a preocupar. El 2016 cerrará con un déficit importante (4,8% del PBI) y el año próximo prevemos sólo una leve baja (4,4%), debido al impacto de las restricciones políticas y a las necesidades electorales. Por ahora la estrategia económica cierra con endeudamiento pero queda expuesta a un cambio en los flujos de capitales. El mercado tampoco extendió un cheque en blanco y en algún momento va a pedir más que señales de consolidación fiscal para seguir financiando al Estado.
El gobierno debería evitar que el gradualismo se confunda con inacción aunque tal vez haya que esperar a que se terminen de contar los votos para ver medidas concretas. Mientras tanto, el mundo se sacude con el más reciente cisne negro. La elección de Trump como Presidente de los EE. UU. amenaza el objetivo de inflación, la viabilidad del gradualismo fiscal y hasta las posibilidades de crecimiento a mediano plazo. Ojalá el gobierno reaccione a tiempo.
Reflexiones finales: la importancia de la estrategia empresaria
Si bien comprender el entorno político, económico (internacional, nacional y sus particularidades regionales y sectoriales) y competitivo resulta esencial para poder proyectar los escenarios en que se desenvolverá cada empresa, creemos que el logro de una ventaja competitiva está en la interpretación que cada equipo directivo (empresarios, gerentes) logre realizar de ese entorno para poder encontrar el mejor posicionamiento.
Si los resultados de las empresas dependieran exclusivamente de la performance del país, todas las empresas crecerían o decrecerían al ritmo del PBI. Pero sabemos que hay sectores que tienen mejor desempeño que otros y dentro de ellos hay empresas que emergen siempre desde un claro liderazgo. Esto se logra, generalmente, a partir de un capital humano innovador, talentoso, motivado y con una capacidad de aprendizaje y mejora continua que se traducen en una articulación sinérgica de todos sus recursos hacia objetivos compartidos de éxito en la gestión.