La balanza comercial argentina cerró 2015 con un déficit equivalente a U$S 3.035 millones. Desde 1999 que no se registraba saldo negativo. Atraso cambiario, presión fiscal récord, excesivos controles a las ventas externas, falta de infraestructura adecuada, marcos institucionales débiles, escasa –o casi nula- apertura externa, complicada situación económica de Brasil –nuestro principal socio comercial- y caída en los precios de los commodities se combinaron para mostrar un resultado que no se daba desde hacía 16 años.
En forma concreta, el año pasado las exportaciones treparon a U$S 56.752 millones, lo que implica una caída del 17% respecto a 2014. Todos los grandes rubros, productos primarios, Manufactura de Origen Agropecuario (MOA), Manufactura de Origen Industrial (MOI) y Combustibles y energía registraron un valor menor de exportación, observándose la mayor contracción en este último rubro (-54%). En este contexto, mientras que para las MOI y los Combustibles y energía se redujeron tanto los precios como las cantidades, para los productos primarios y las MOA la reducción se debió a una fuerte caída de los precios atenuada por un aumento en las cantidades.
El valor de las importaciones para el año 2015 fue un 8% inferior al registrado en el 2014 como resultado de una caída de 13% en los precios y un aumento de 5% en las cantidades. La disminución en el valor de las importaciones se explicó principalmente por la baja de los precios de los combustibles y lubricantes. De hecho, las compras de esta partida cayeron en valor un 40%. En cuanto a los números del primer mes de este año, se registró un déficit de U$S 160 millones, contexto en el cual las exportaciones aumentaron 2 % con respecto al mismo mes del año anterior, como consecuencia del aumento en las cantidades de 23% y del descenso de 17% en los precios. Vale señalar que el rojo de enero fue un 61% inferior al registrado en igual mes del año pasado en tanto que las ventas al exterior registraron una leve suba luego de 30 meses de variaciones negativas. Por su parte, las importaciones de enero de 2016 cayeron un 4% anual, como consecuencia de una caída en los precios de 10%, compensado parcialmente por una suba en las cantidades de 6%.
En efecto, como se señaló, varios factores económicos e institucionales hicieron que Argentina registre saldo negativo en su comercio mundial el año pasado. La buena noticia es la dinámica exportadora observada en el primer mes de 2016 en términos relativos. La misma se atribuye a la liquidación de stocks acumulados en la campaña previa, al nuevo esquema de retenciones y a la mejora del tipo de cambio. Es de esperar que este comportamiento se consolide en los próximos meses y Argentina pueda aprovechar al máximo su potencial productivo y exportador, aún cuando haya factores externos desfavorables.