Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Afortunadamente terminó bien la torpe zaga persecutoria de los tres peligrosísimo delincuentes evadidos de un penal de máxima seguridad de la localidad bonaerense de General Alvear, que se entregaron maltrechas y exhaustos a la policía santafesina.
Los fugitivos que huían a sangre y fuego desde hacía casi tres semanas, fueron recapturados en la costera y fundacional Cayastá, después de una cinematografica zaga persecutoria por parte de Los Federales que dejó un tendal de sospechas.
Primero se rindio el cerebro del temible terceto Martín Lanatta, quien, herido por el accidente que sufrieran en los intrincados caminos rurales de la anegada zona costera, capituló ante un par de policias a caballo, casi como un homenaje a la épica gauchezca de la zona, muy bien narrada por muchos escritores, entre ellos el actual Senador Kauffmann.
Dos días más tarde, ante otro par de uniformados cayastenses, sus cómplices Cristian Lanatta y Víctor Schilacci hicieron lo propio agotadisimos en el galpón de una arrocera, a tan solo 500 metros de donde se entrego el cerebro de la banda.
En el medio quedó pateticamebte evidenciado la falta de profesionalismo de las fuerzas de seguridad nacionales (Gendarmeria, PSA, Policia Federal) en materia de coordinación, “porque nunca se había hecho”, justificó luego el Presidente Macri, como tampoco entre los nacionales y los uniformados de las Provincias de Santa Fe y también de Buenos Aires que bajaron a Santa Fe para atrapar a quienes se les veían escapando insólitamente desde su lugar de origen: la Provincia de Buenos Aires.
Pero los celos no fueron solo castrenses; los funcionarios políticos nacionales, bonaerenses y santafesinos también se sacaron chispas a la hora de quitarse el San Benito de un fallido anuncio (endilgado hasta hoy día solapadamente a los funcionarios santafesinos) de tres atrapados el día sábado cuando era en realidad uno solo: Martín Lanatta.
Como si no le faltaran problemas al asunto, irrumpió con la delicadeza de un hipopótamo borracho en un bazar la incontinente Elisa Carrió con una sarta de devaneos acusatorios hacia la Provincia de Santa Fe en la persona del ex-Gobernador Bonfatti, que pone en apuros al Gobierno de Macri.
Carrió vino a coronar lo que la Ministra de Seguridad nacional Patricia Bullrich y su par bonaerense Cristian Ritondo, venían azuzando en los medios de comunicación porteños: la sospecha de que fue el Ministro santafesino Pullaro quien dio la noticia errónea del arresto de los tres el sábado.
De todos modos -he aquí la contradiccion- Bullrich, Ritondo y Macri prometieron develar mediante un riguroso sumario, la verdad sobre lo que ocurrió hace exactamente una semana. ¿Carrió se les adelantó con su extravagante denuncia?
Justo cuando con el paso de los días, Nación y Provincia habian apelado a la diplomacia y a seguir desafiando juntos el temible monstruo con mil ramificaciones llamado narcotráfico. En Helvecia, los Ministros de Seguridad Bullrich y Pullaro convinieron un pacto de no agresión y gentil uso de los modos y formas “políticamente correctos”. Quedo demasiado evidente en la multitudinaria conferencia de prensa de Helvecia donde todos los funcionarios se prodigaron elogios, agradecimientos mutuos y loas a sus propios subordinados.
Maximiliano Pullaro agradeció a sus uniformados por la tarea desplegada (¿cuánto nos costó a los santafesinos los evadidos bonaerenses?) y a sus jefes políticos: el Gobernador Miguel Lifschitz y el Vicegobernador radical Carlos Fascendini. El senador Felipe Michlig, otro líder radical del sector NEO que preside Pullaro, también se encargó de resaltar el decidido accionar de la policía santafesina ante el cinematográfico despliegue de las fuerzas nacionales.
Bullrich seguirá firmando con Santa Fe protocolos de trabajo conjunto para continuar la lucha contra el “crimen organizado”, tarea en la que se comprometieron, no solo la funcionaria nacional y el Ministro local aún antes de jurar los dos como Ministros, sino sus jefes políticos Mauricio Macri y Miguel Lifschitz.
Asado político en vacaciones
Sergio Massa, José Manuel de la Sota y el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey están decididos a que el kirchnerismo sea solo un jalón más dentro de la espesa historia del Movimiento peronista. Este año el Partido irá a elecciones y ellos quieren formar parte esencial del resurgimiento partidario luego de 12 años de vida vegetativa a la que lo tuvo sometido el kirchnerismo.
El primer paso fue un nutrido asado en la costera Pinamar, en el cual el influyente dirigente y senador nacional santafesino Omar Perotti no estuvo presente, pero mandó a compartir las achuras a su delfín Roberto Mirabella, ex jefe de campaña y vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Provincia.
El rafaelino quiere volver a pelear la Gobernacion en el 2019 dentro del “renovado” justicialismo. Quedarán del otro lado el kirchnerismo residual y su mano operativa La Campora y el Movimiento Evita (sin el sosten economico a nivel nacional que era la Secretaria de Agricultura Familiar, ahora en manos de Oscar Alloatti, un ex-funcionario peronista en Sta Fe en epocas de Carlos Reutemann).
¿Que hará lo que pudo haber quedado del rossismo?. Luis Rubeo parece haber tomado otros senderos.
Todo ello se duro mira en la venidera renovación partidaria del PJ santafesino dentro de un par de meses.
De la pelea por el poder en la UCR y su doble standar político nos ocuparemos más adelante. La sociedad con el FPCy S en Santa Fe y Cambiemos en Buenos Aires, más los encinas locales transforman al radicalismo santafesino en un ente muydinamico.
El calor no da tregua; la política tampoco