Política energética: antecedentes, progreso y justicia

Por Laura Rodríguez Machado*

Las decisiones tomadas por nuestro gobierno en relación a transparentar el precio de la energía en Argentina es una de las más polémicas. Cuando a uno le llega una boleta de un monto más elevado del que venía pagando con anterioridad necesita comprender el motivo claramente de esta decisión.

El precio de la energía siempre lo pagan los ciudadanos, ya sea con los recursos nacionales en forma de subsidio, o bien en la tarifa ante el consumo de cada uno. Para subsidiar la luz o el gas de quienes tiene este servicio, también aportan con sus impuestos quienes no lo tienen y calefaccionan sus hogares con leña o directamente no lo pueden hacer. Por eso, a mi criterio, es más justo que quien pueda pagar un valor más cercano al real de la tarifa lo haga y que los subsidios vayan a los que no pueden pagarlo en forma de tarifa social.

Pero también conozcamos la historia de las tarifas en Argentina:  durante más de una década las tarifas se mantuvieron totalmente desactualizadas, haciendo que mes a mes el monto pagado por el usuario cubriera una parte cada vez menor de los costos de producción del sistema energético, lo cual fue suplantado con dinero del Tesoro Nacional –como dije más arriba: con dinero de todos los argentinos, tengan o  no luz o gas en sus domicilios – y cuya suma se incrementó en un 12.000% en tan solo 10 años, alcanzando el increíble total de 600.000 millones de pesos.

Esta artificial e irresponsable tergiversación de los precios llevó a un enorme consumo de energía el cual, por ejemplo, en el sector eléctrico aumentó en un 60% aproximadamente. Este descomunal desequilibrio se convirtió en un verdadero círculo vicioso que se ocupó de hacer desastres tanto con el bolsillo de los ciudadanos como con el sector en sí mismo. Aumentó el consumo, disminuyó la producción y se trabajó a enormes pérdidas que hicieron de nuestro déficit fiscal un verdadero agujero negro creciendo día a día.

Como consecuencia de estos pésimos manejos, durante el kirchnerismo se perdió un stock de reservas equivalente a dos años completos de producción de petróleo y a más de 9 años de producción de gas natural, los cortes de electricidad su cuadruplicaron y los de gas –sobre todo en la industria- se quintuplicaron. A su vez, nuestra balanza comercial energética –diferencia entre exportaciones e importaciones- pasó de un superávit de 4.900 millones de dólares a un déficit 5.000 millones de dólares durante el mismo período.

Cabe aclarar que, pese a la corrección de los precios que hemos anunciado en los últimos meses, la Argentina continuaría siendo con ellos unos de los países más baratos de la región en la prestación de estos servicios: en el caso del gas, la Argentina tendría el tercer precio más barato de la región por entre 3 y 6 veces que el valor del resto, incluidos Uruguay y Brasil, solo por detrás de los grandes productores (Bolivia y Venezuela) y hay que destacar además que en aquel cuadro tarifario el usuario pagaría solo el 70 por ciento del costo real, dejándose ver allí que mientras se busca encauzar a la Argentina en el camino correcto, al mismo tiempo se acompaña a la gente en este enorme esfuerzo que realizan todos los argentinos en conjunto.

Pese a ello, como en toda Democracia real en la que todas las voces son escuchadas y República verdadera en la que los poderes actúan de manera independiente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió al respecto y el gobierno nacional, como debe ser, acatará el fallo de esta, mediante el cual se dispuso respetar el cuadro tarifario dispuesto por el Ministerio de Energía en todos los sectores salvo en el residencial, por lo cual se seguirá con la política aplicada a partir de nuestras pericias en el área energética en el 70 por ciento de los casos, y se deberá llamar a audiencia para el 30 por ciento restante que representa al sector domiciliario, ya que la Corte Suprema consideró que las formas llevadas a cabos para el aumento residencial no fueron las correctas por lo cual pidió revisarlas llamando a audiencia pública, lo cual se hará a la brevedad.

Hubo muchísima expectativa con respecto a este fallo, que haría el gobierno al respecto y que opiniones generaría, tanto es así que el acatamiento inmediato de lo ordenado por la justicia ha llamado la atención de muchos, como si de algo extraño se tratara, pero hemos demostrado en este caso una vez más que el trabajo serio, el respeto por las instituciones y la responsabilidad en nuestro actuar se han convertido en la piedra angular del gobierno nacional.

*Senadora Nacional por Córdoba, presidenta del bloque Frente Pro del Senado

 

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