Es martes de madrugada y estoy escribiendo este artículo. Lo que me motivó a escribirlo fue el nacimiento de mi hija Azul el último sábado, apenas 3 días atrás. Por suerte duerme y me deja escribir, es una princesa. Pero vamos al punto, porque a esta altura ya sé que todos estarán pensando qué tiene que ver que haya nacido mi hija con un artículo de finanzas, ¿o no?. Y la pregunta es totalmente válida, pero en verdad, en este caso tiene mucho que ver.
El nacimiento de un hijo es un hecho trascendente y que motiva a uno a pensar acerca de qué futuro quiere para él y de qué manera asegurar su bienestar. Ahí es donde entra el punto de contacto con las finanzas. Lo bueno en estos casos es que contamos con el tiempo a nuestro favor, literalmente, hay toda una vida por delante.
Bajo el título “La magia del interés compuesto”, desde RosarioFinanzas.com.ar ya explicamos en su momento ese mecanismo que, por sencillez, ahora repensamos especialmente para ON24. Si los intereses que genera una inversión no se retiran para gastarlos y se capitalizan para producir nuevos intereses, mientras mayor sea el plazo de la inversión, mayor el dinero que recibiré al vencimiento. Además, esto es exponencial, no lineal. Es decir que veré multiplicada muchas veces mi inversión si el plazo es lo suficientemente largo.
Pensando en todo esto es que quise ponerle algunos números y me hice algunas preguntas. Me pregunte qué pasaría si todos los años, durante 20 años, hiciera un aporte de unos 3.000 dólares como inversión a cuenta del futuro de mis hijos (¡no me puedo olvidar de Bauti!). Me van a tener que perdonar que el análisis lo haga en dólares pero de hacerlo en pesos tendría que incluir el factor inflación y lo complejizaría demasiado. También me pregunté cuál sería el monto final obtenido si esos aportes rindieran diferentes tasas de interés (el 4%, el 8%, el 12% y el 15%).
Lo que yo quería saber con estas preguntas es cuánto dinero podría retirar los próximos 60 años, es decir, hasta que cumplieran 80. ¿Se entiende? Me pregunté: si aporto una suma fija todos los años durante tan sólo 20 años, cuánto dinero podré retirar anualmente durante los siguientes 60 años.
Les vuelco en una tabla los resultados (en un anexo al final del artículo está desarrollado uno de estos casos para mostrar cómo funciona):
Los resultados de la tabla son bastante sorprendentes. Analicemos un poco lo que me están diciendo. En el primer caso, si yo aporto todos los años USD 3.000 durante 20 años y estos rinden tan solo un modesto 4% durante los 60 años siguientes podré retirar, aproximadamente, USD 3.950. Es decir, un 30% más de lo que yo aporté y por 60 años.
Ahora, si la tasa que consigo hacer rendir mis inversiones es del 8% durante los próximos 60 años, podré retirar casi USD 11.100 al año. O sea, que con un aporte total de USD 60.000 podré retirar un total de 665.000 dólares. Nada mal.
Y los resultados son aún más espectaculares si la tasa que conseguimos para nuestras inversiones son mayores, pudiendo llegar en el caso de obtener un retorno del 15% a retirar más de USD 45.000 por año habiendo aportado tan solo USD 3.000.
Dos consideraciones a tener en cuenta
Primero: Obviamente la inflación juega un papel (sí, Estados Unidos también tiene inflación pero normal) y no vale lo mismo el dólar del año 1 que el del año 80, pero eso no invalida el razonamiento. Quien quiera verlo sin esa variable puede utilizar para el cálculo la tasa que rinden sus inversiones en términos reales (el rendimiento una vez descontada la inflación).
Segundo: Tasas de rendimientos altas en dólares no son fáciles mde conseguir. Hoy un rendimiento del 6% en dólares para los inversores del mundo se considera un muy buen rendimiento.
Sin embargo, no debemos olvidarnos que hace muchos años que los bonos en dólares emitidos por el estado argentino están rindiendo por encima del 11%, con lo cual no es ilógico pensar que se puedan conseguir, aunque el riesgo es más alto.
Para ir cerrando, les comento que este razonamiento es el que está detrás de los seguros de retiro y seguros de vida con capitalización que ofrecen una renta vitalicia.
En resumen, este artículo no puede ni busca ser una recomendación de inversión. Sí busca ser una invitación a pensar en el futuro a la hora de invertir. Invitarlos a ser constantes y pacientes.
Y es mucho más fácil cuando se tiene un fin en mente. Me imagino que muchos al llegar a este punto deben estar pensando “mirá todo lo que escribió para contar que nació la hija”; y la verdad, ¡¡¡es que tienen razón!!!
El informe completo, en la edición online de la revista