Un latiguillo constante de la Presidenta y del discurso K en general es ¿“estamos mejor o peor que en el 2001”?
La pregunta de por sí es tramposa pues cae en la falacia de comparar una situación determinada contra el peor momento.
Es como si un equipo de mitad de tabla se comparara contra el momento en que se fue al descenso. Obviamente va a estar mejor.
Aún así, el gobierno exhibe como un logro histórico el incremento del PIB per cápita experimentado en estos últimos años.
El PIB per cápita de 2015 respecto a 2001 es aproximadamente un 52% superior.
Más allá que buena parte de dicho crecimiento haya sido producto del consumo de capital (como quien se come la alacena sin reponer las latas) o que los mejores términos de intercambio de la historia hayan sido determinantes hay que señalar que no es cierto que sea el máximo histórico.
Dividiendo la historia argentina en períodos de 15 años encontramos otros dos perìodos (consecutivos) con tasas de crecimiento similares. Entre los años 1882 y 1987 el pib per cápita argentino creció 53% y en los quince años siguientes otro 46% adicional. El pib per cápita se duplicó en esos treinta años.
15 años es el 15% de un siglo o el 1,5% de un milenio. Un montón de tiempo.
Y en ese tiempo muchos países han crecido y mucho.
Comparar contra el piso de una crisis parece ser un deporte argentino, específicamente una práctica K.
En 1945, tras la guerra Alemania tenía un Pib/Capita equivalente a 2216 dólares/año (Maddison).
15 años después en 1960 el PIB/Capita había crecido hasta los 7705 dólares / año, un 247% cinco veces más que el “récord de Cristina”. Lo mismo sucedió en el mismo período en otros países devastados por la IIGM como Italia (208%), Francia (187%) y Japón (196%).
Imagino ridículo una campaña electoral en 1960 en esos países comparándose contra los guarismos de la postguerra.
Otros países que iniciaron reformas económicas de mercado, reduciendo impuestos y liberando la economía también crecieron.
Chile inició una reforma económica en 1980 basada en la estabilidad y la apertura económica logrando que el PIB /Càpita creciera 73% en los primeros 15 años.
Nueva Zelandia inició sus reformas pro-mercado en 1984. En los primeros 15 años el PIB/Cápita creció 57%.
Irlanda que fuera la “vergüenza de Europa” inició la reforma basada en la reducción de impuestos y la apertura a las inversiones externas en 1987. 15 años después el Pib/capita había crecido 145%. Los flujos migratorios se revirtieron y es el país con mayores inversiones externas. ¿Se acuerdan que Cristina hablaba de “la pobre Irlanda”?
Comparar contra el piso siempre dará resultados alentadores.
El punto es comparar la performance argentina contra otras naciones donde pretendemos estar. La comparación debe ser contra el objetivo óptimo y no contra la peor performance.
No es correcto que los niños en las escuelas comparen sus notas contra los bochazos. Deben compararlas contra los requisitos mínimos para aprobar las materias.·
La tasa de crecimiento “espectacular” cuando se miden contra el piso encierra dos trampas. Una estadística pues contra el piso somos todos altos. Y la otra institucional. No necesariamente un elevado crecimiento refleja un grado de calidad institucional que permita el desarrollo armónico de todos los sectores de la sociedad.
¿Estamos mejor que hace 15 años?
A veces en la misma pregunta suele estar el engaño.