La mayor parte del Gabinete Nacional, encabezado por el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, defendió en estos días el cepo al dólar que el Gobierno aplicó tres años atrás y que, con diversas interpretaciones, ha dado los resultados que se esperaban, de la mano de la ratificación de la política económica basada en “hacer la plancha”. Es decir, caída de la actividad económica, del consumo y de las inversiones así como suba en la tasa de inflación, tipos de cambio para todos los gustos, brechas cambiarias crecientes y reciclaje de las expectativas negativas. Todo lo cual, de lejos, han imposibilitado el deseo del gobierno de pesificar la economía, esto es, evitar la fuga permanente hacia el dólar, en desmedro de los cada día más abundantes pesos que circulan en el circuito financiero y comercial de la Argentina.
La pregunta que nos hacemos desde esta columna, es hasta cuándo va a durar esta medida que, a todas luces, arroja resultados en la dirección contraria a lo que esperaba el Gobierno Nacional. Pues bien, es de esperar que en enero del próximo año se esclarezca este dilema, de la mano del vencimiento en la cláusula RUFO en los bonos que ingresaron a los sendos canjes de deuda pública en default en los años 2005 y 2010, restricción que hemos comentado en varias oportunidades en este espacio. Esta cláusula ha sido utilizada por Cristina Fernández de Kirchner como principal barrera para negociar con los holdouts antes del vencimiento de la misma. Así, en enero, el Gobierno tendrá las manos libres para arreglar con los fondos que litigaron en el Juzgado de Griesa como con el resto de los que no ingresaron a los canjes antes mencionados pero que aún no han iniciado juicio al país. Todo este paquete suma entre U$S 16.000 y U$S 20.000 millones, con lo cual –se supone- el gobierno debería iniciar una negociación global con todos ellos, de modo de “abaratar” el pago que se vaya a realizar.
FLAVIO BUCHIERI
Profesor e investigador universitario. Consultor y Analista Económico