La noticia acerca de la existencia de un coach de la Intendente Mónica Fein abrió el debate en las redes sociales.
¿Está bien o está mal que un funcionario público tenga un coach pagado por el propio estado? La pregunta obliga a interiorizarnos con mayor precisión si el entrenamiento recibido por el funcionario es un activo “personalísimo” que puede o no volcar luego sobre su gestión de gobierno, o se trata de un adiestramiento orientado específicamente a mejorar su actual gestión. Se trata de una delgada línea que separa las interpretaciones a favor y en contra.
Una de las opiniones más comentadas fue la del ex Secretario de Cultura de la Provincia, Jorge Llonch, quien publicaba en su Facebook:
“El coaching ontológico es un método de aprendizaje basado en la autoconsciencia, el autoconocimiento y la autotransformación. Cómo tal, es una disciplina que combina el coaching con los principios de la ontología, es decir, la rama de la filosofía que estudia el ser en cuanto tal. De allí que el coaching ontológico sea un proceso de crecimiento personal, empresarial u organizacional basado en el dominio del ser.
Su dinámica básicamente consiste en que las personas, empresas u organizaciones sean capaces de percibir cuál es su modo de ser, relacionarse y actuar ante el mundo. A partir de allí, se inicia un proceso de cuestionamientos acerca de los patrones tradicionales bajo los que se ha actuado, con la finalidad de hallar una forma de modificarlos y replantearlos para encontrar modos de proceder más productivos, creativos y exitosos. En este sentido, el coaching ontológico nos conecta con nuestros recursos y nuestra capacidad de gestionarlos para obtener mejores resultados y alcanzar nuestras metas”.