Fundación Libertad, en coordinación con la Red Federal de Políticas Públicas, elaboró un pormenorizado informe el Congreso de la Nación 2015-2017, en el que detalla el perfil humano y profesional de los diputados y senadores.
El estudio indaga en seis características básicas (edad, sexo, título universitario, profesión, mandato previo y cargo político electivo previo) de los integrantes del Congreso, a partir del entrecruzamiento de datos tanto por camada legislativa como por bloques partidarios.
En ese sentido, algunas de las preguntas que reciben respuesta en esta investigación son: ¿Qué participación tienen las mujeres en el Congreso? ¿Cuáles son los bloques con mayor y menor participación femenina? ¿Cómo se ubica a este respecto el Congreso argentino en relación con Latinoamérica? ¿Cuál es la edad promedio del Congreso y de los distintos bloques? ¿Cómo están representadas las diversas profesiones? ¿Cuál es la tasa de universitarios? ¿Cuál es el ritmo de renovación política y legislativa del Congreso argentino? ¿Cuáles fueron en 2015 los bloques más y cuáles los menos renovadores?
Concretamente, en lo que refiere a diversidad de género, se puede afirmar que el 39,2% de los legisladores nacionales son mujeres, cifra que sitúa a Argentina muy por encima del promedio de América Latina (25,2%) y del mínimo exigido por ley (30%). La participación femenina en el Congreso se eleva a 55,17% entre los menores de 40 años de edad. Entre los bloques partidarios considerados “grandes” (con 10 o más integrantes) se destaca el FPV-PJ, que se lleva el segundo lugar en Diputados y el primero en Senadores.
En referencia a la edad, 52 años es el promedio de los legisladores nacionales (31,4 es el de la población argentina en general), lo que supone un descenso de tres años de la edad promedio de los parlamentarios electos en 2015 con respecto a los elegidos en 2013. En la Cámara de Diputados, los tres bloques más jóvenes son el FIT (44,33), Unión PRO (47,52) y el FPV-PJ (47,66).
Por otra parte, las profesiones que más se repiten entre los diputados y senadores son abogacía (32,22%) y docencia (6,99%). El 5,77% se define como “político de profesión”: ninguno de ellos tiene título universitario y más de la mitad pertenece al FPV. En tanto, 2,13% son estudiantes, sólo 2 especialistas en computación o informática (un 0,61%), un investigador y una policía.
En cuanto a la educación terciaria, los legisladores no universitarios alcanzan un 27,96%. Son el 26% en la camada 2013 y el 30,77% en la de 2015. En 2012, había 52 diputados (20,23% de la cámara) que no tenían título universitario. En 2016, esa cifra subió a 74 (28,79%). Entre los menores de 40, llegan al 34,48%. En Diputados, el Partido Socialista es el de mayor cantidad de universitarios (100%), seguido de UCR y PRO; mientras que en el Senado es la UCR (87,5%).
El estudio de Fundación Libertad también midió la tasa de renovación legislativa del Congreso (porcentaje de legisladores electos que no han tenido un mandato previo en la cámara respectiva), que alcanza el 78,42%. De los bloques grandes de Diputados, el menos renovador fue el del FPV, con una tasa del 69,62%. Las principales fuerzas del oficialismo, Unión PRO y UCR, muestran una tasa de renovación legislativa particularmente alta (88,09% y 86,11%).
