Como consecuencia de los saqueos y la ola de violencia, la cifra de muertos en todo el país ascendió ayer a ocho, aunque promediando la jornada los conflictos policiales en las provincias comenzaron a solucionarse y lentamente se normalizaba el servicio de seguridad.
En otra jornada de extrema tensión, en las últimas horas se registraron al menos dos muertes en Tucumán y otras dos en Chaco, las que se sumaron a los fallecidos en Entre Ríos y Jujuy, y a los de Córdoba y la localidad bonaerense de Glew, de días atrás.
Luego de que se alcanzaran acuerdos con la policía en Buenos Aires, Entre Ríos, Jujuy, Corrientes, La Rioja y Misiones, con el correr de la tarde se fueron levantando las protestas en Santa Fe (ver sección Ciudad), Tucumán, Chaco, Corrientes y Salta, mientras que se mantenía el conflicto con los efectivos de Mendoza.
Durante el fin de semana se habían calmado las aguas en Río Negro y Neuquén, luego de que Córdoba, origen del conflicto que se desperdigó por todo el país, arreglara un aumento salarial con su fuerza policial el viernes último.
La Confederación Argentina de la Empresa (Came) y las cámaras de comercio regionales informaron artes que 1.888 comercios en 14 provincias resultaron afectados a raíz de los saqueos por la crisis policial, y sumaron pérdidas estimadas en 568.450.000 pesos.
Las entidades representativas aseguraron en un comunicado que “después de las irreparables pérdidas de vidas humanas, el sector más perjudicado por los hechos de violencia y saqueos fue el comercio” y dijeron que el 95 por ciento de los locales afectados no tiene seguro contra vandalismo.
En Tucumán, donde se registraron los principales focos de tensión, al menos dos personas murieron en medio de saqueos y robos a supermercados, negocios de ropa deportiva y distribuidoras mayoristas, lo que motivó la suspensión de clases y el cierre de comercios ante el temor de nuevos desmanes.
Sin policías, el gobierno de José Alperovich dispuso por decreto un incremento salarial del 35 por ciento y denunció ante la Justicia a los uniformados autoacuartelados, a los que acusó de “incumplimiento de los deberes de funcionario público y sedición”.
Si bien se mantenía el estado de alerta en los comercios, la policía aceptó el aumento y decidió levantar la medida. La jornada culminaba al cierre de esta edición con violentos incidentes con caceroleros en las puertas de la Casa de Gobierno. Los choques se produjeron pasadas las 21 cuando una columna de manifestantes, entre ellos comerciantes y vecinos, llegó con sus cacerolas muy cerca de uno de los ingresos de la sede gubernamental y fueron dispersados por efectivos de la Guardia de Infantería con gases lacrimógenos, palazos y balas de goma.
En Chaco también hubo dos muertos en una noche cargada de incidentes, uno de ellos un subcomisario de la policía que resultó herido al intentar frustrar un saqueo, luego de que el lunes por la tarde comenzaran a multiplicarse los desmanes. El gobernador chaqueño, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, señaló que se vivió “una situación caótica y alarmante” y se quejó de que a pesar de que solicitó la presencia de gendarmes, la Nación no le envió refuerzos, ya que estaban repartidos en otras provincias.
Estas muertes se sumaron a las producidas el domingo por la noche en Concordia, Entre Ríos, donde un joven falleció electrocutado y la de otro adolescente en la ciudad de Perico, Jujuy, que este lunes fue herido con un arma blanca. En tanto, en Mendoza, la disputa salarial se mantenía, luego de que el gobernador realizara un ofrecimiento a los uniformados, según informó La Capital.