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“Hasta el marxismo debería defender la libertad de comercio”
El expresidente uruguayo Luis Alberto Lacalle Herrera dijo en la Segunda Cumbre Iberoamericana que auspicia Memo que "el Foro de San Pablo está dedicado a sustituir las democracias, a fomentar las diferencias.
El expresidente de Uruguay Luis Lacalle Herrera, padre del actual mandatario Luis Lacalle Pou, sostuvo en la apertura de la Iberocumbre que “a veces, la constitucionalización al detalle hace que la realidad tironee la Constitución, que debe ser clara y concisa. Lo que hay que administrar son las leyes”.
Lacalle, en la apertura de la Segunda Cumbre de Líderes Iberoamericanos por la Democracia y la Libertad, conducida por el senador chileno Francisco Chahuán, valoró que en Uruguay la elección de la Suprema Corte de Justicia es parlamentaria y con mayoría especial. “El Poder Ejecutivo no tiene nada que hacer allí”, dijo y postuló esa idea para ser estudiada en las reformas constitucionales en boga en América Latina.
Graficó que en Paraguay y Perú, por ejemplo, “establecen en su Constitución que los motivo para cesar al Presidente a través de juicio político condiciones tan vagas como ‘mal desempeño de su función’, lo que es un subjetivismo que depende de la aritmética, ya que si la oposición tiene mayoría, el presidente estará listo: lo van a relevar del cargo, como ha sucedido en el Perú”.
“Hacen falta constituciones claras, escuetas, breves y profundas y dejar todo lo demás a las leyes”, dijo.
Además, Lacalle Herrera indicó que “los cambios de las constituciones son de preferencia de los populismos”. Al respecto, dijo que el poder político nace con una legitimidad, pero debe ejercerse con otra, en donde cada poder debe hacer las cosas condicionado por los otros”.
“El presidente Chávez -ejemplificó- tuvo legitimidad de origen, pero luego viene el desvío, y para eso usan reformas constitucionales para cuestiones coyunturales y no de fondo”, señaló el exmandatario uruguayo.
“Hay que reivindicar los puntos esenciales y tratar que las constituciones se redacten con sentido técnico y luego no respondiendo a una coyuntura ni incorporando como en una olla de curanto de todo adentro, porque así no funciona”, sostuvo Lacalle.
En cuanto a la economía y la democracia en América Latina, sostuvo que “no hay nada que no esté inventado o descubierto” y que “la libertad de comercio debe ser defendido por todos los regímenes”, sostuvo, ya que “es lo que lleva a la prosperidad”. “La izquierda debe despolitizar el comercio, porque es comprar y vender con la mayor libertad posible, aprovechando las ventajas comparativas y aprovechar la prosperidad; la izquierda después que haga con eso lo que le parezca apropiado”.
“Un país más próspero es más país, retiene a los ciudadanos y por eso tanto marxistas como liberales deben aceptar el libre comercio”, sentenció.
La democracia y quienes la acechan
Lacalle dijo que “si a la democracia se la adjetiva, ya no es democracia”. En ese sentido, dijo que los comunistas le llaman ‘democracia popular’, lo cual sería obvio pero hay que reivindicar la representativa. La democracia directa se ejerce con la democracia plebiscitaria, pero ni en el ágora griega discutían todos porque los esclavos estaban en otra cosa y no en la plaza”, expresó.
Consideró que “los partidos son esenciales porque la proximidad de ideas hace que se conformen partidos políticos con personas que piensan parecido, pero están acechados por dos peligros. Uno de ellos es el Foro de San Pablo, dedicado a sustituir las democracias, a fomentar las diferencias, los desórdenes, a promover las diferencias con los pueblos originarios, entre hombres y mujeres, entre el campo y la ciudad, metiendo cuñas en las grietas o rajaduras que tiene un país para provocar una crisis”.
“Pero quizá peor es el desafío de las redes. Si son bien usados, bienvenidos”, dijo como segundo problema. Aunque advirtió que “con tres movimientos de los dedos pulgares y cinco frases generan verdaderas hogueras”. “Desconocen o rechazan cualquier contacto con los que piensan de otra manera”, analizó y postuló que “los partidos políticos deben participar” y, sobre ellos, dijo que “están ante un desafío muy grande, ya que las redes están todo el tiempo machacando y tienen el estrépito de lo concluyente o radical, que siempre ejerce más fuerza que lo moderado o racional”.