Según un informe realizado por la economista Agustina Leonardi, del Centro de Estudios Económicos y Sociales de Fundación Libertad, el gasto de “Futbol para Todos” supera ampliamente el gasto de áreas sensibles del Estado como la educativa y de seguridad.
El gasto público es récord histórico en Argentina. En forma consolidada, esto es, sumando los tres niveles de gobierno, el mismo equivale a casi la mitad del PBI. De hecho, es el país donde más creció esta relación en los últimos años, pasando del 30% en 2003 al 45% en la actualidad.
En qué se gasta y cómo se gasta es la pregunta. Y la respuesta va desde la incorporación de empleados públicos a la esfera estatal -poco más de un millón en la última década- subsidios a sectores económicos y sociales, hasta otorgamientos de haberes jubilatorios a personas sin aportes. También, se gasta mucho en empresas públicas que registran pérdidas operativas escalofriantes y en un sinfín de programas y planes del gobierno. Sobre este último punto haremos foco en este breve informe.
De acuerdo a la clasificación del gasto por programa, durante el año 2014 el gobierno gastó $1.500 millones en “Futbol para Todos”, egreso que se ejecuta bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete. Esta cifra significa que el Estado gastó poco más de $4 millones por día para dicho fin.
Cuando se contrasta lo erogado en este programa con otros que ejecuta el gobierno nacional, los resultados son cuanto menos preocupantes, al quedar plasmadas las prioridades de los hacedores de política económica.
Veamos los montos destinados a otros propósitos. Para el programa “Acciones de Seguridad Vial”, se destinaron el año pasado $305 millones y para el de “Prevención, asistencia, control y lucha contra la Drogadicción” $200 millones. Teniendo en cuenta que estas problemáticas han crecido significativamente en los últimos años, es discutible que se destine a estos fines un 20% o menos de lo que se gasta en las transmisiones de fútbol.
Por su parte, el cotejo con algunos programas del Ministerio de Educación, arroja resultados similares. Para el de “Infraestructura y Equipamiento” se destinaron $810 millones el año pasado, para el de “Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica”, se transfirieron $853 millones, para el de “Mejoramiento de Calidad Educativa” tan solo $34 millones y para el de “Acciones de Formación Docente” $395 millones. Todas estas cifras son muy inferiores a lo que se gastó en el plan Futbol para Todos. En un área crítica y con grandes déficits como es la educación, estos guarismos son alarmantes. En otras palabras, el gobierno gastó el año pasado en fútbol casi el doble de lo que destinó a infraestructura educativa.
En lo que se refiere a los programas del Ministerio de Seguridad, el gobierno derivó 455 millones de pesos al denominado “Acciones inherentes a la tecnología, equipamiento y logística de seguridad”, monto que equivale a menos de la tercera parte de lo destinado a Fútbol para Todos. A su vez, puede advertirse que transfirió $682 millones para “Formación y Capacitación de la Policía Federal”, esto es, menos de la mitad de lo que gastó en la televisación del deporte más popular de la argentina.
La lista obviamente podría continuar. Pero estos datos bastan para advertir cuáles son las reales prioridades del gobierno. Areas claves para el desarrollo y bienestar de un país, como son la seguridad y la educación, quedan relegadas frente a gastos que se encasillan bajo el lema “nacional y popular”. Una asignación de fondos muy pero muy cuestionable y discutible.