Llegó el día clave para el ex presidente Fernando de la Rúa. Hoy, el Tribunal Oral Federal 3 hará su última audiencia en el juicio por los presuntos sobornos para aprobar la ley de reforma laboral que tuvo al ex presidente en el banquillo de los acusados.
De todas maneras, De la Rúa podría quedar absuelto junto con el resto de los acusados, según la versión que se instaló en los tribunales. La prueba que llevó al ex presidente y a los ex senadores a juicio se basó en el relato de Mario Pontaquarto y en un peritaje telefónico que estableció que los protagonistas estaban en determinados lugares que confirmaba el relato del arrepentido, según qué antenas de telefonía celular activaban sus teléfonos durante sus desplazamientos.
En la última audiencia, el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Fernando de Santibañes proclamó su “inocencia” ante los jueces y aseguró que desde el organismo que dirigía “no hubo ninguna salida” de dinero para sobornos. Está previsto el veredicto para hoy, a pesar del asueto decretado por las Fiestas.
El ex senador peronista Alberto Tell, quien presidía la Comisión Laboral del Senado, también sostuvo que las denuncias por los sobornos eran “un invento” y afirmó que “hubo un tratamiento totalmente parlamentario del proyecto de régimen laboral”. Tell calificó de “arrepentido a sueldo” a Pontaquarto.
En tanto, el propio De la Rúa había pedido “una sentencia ejemplificadora” que lo absuelva en el juicio por las supuestas coimas en el Senado en el año 2000, que terminó con la renuncia de su entonces vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez.
Los jueces Guillermo Gordo, Miguel Pons y Fernando Ramírez son quienes llevaron adelante el juicio oral tras la investigación inicial del juez Daniel Rafecas.
Tanto Pons como Gordo anularon casi toda la investigación de la causa AMIA y absolvieron a todos los acusados, al denunciar un complot de integrantes de los tres poderes del Estado para encontrar falsos culpables. Entre los acusados están, además, los ex senadores Augusto Alasino, Remo Constanzo y Ricardo Branda.
Fuente: La Nación
