Con Vance, Trump redobla la apuesta por el MAGA

El senador por Ohio es un exponente inteligente y contundente del trumpismo, y tal vez también su futuro

FUENTE: Expansión

Si había alguna duda de que Donald Trump iría a por todas con el “América Primero”, la eliminó el lunes con su elección como vicepresidente. JD Vance es el animador trumpiano de más alto perfil entre los republicanos de alto rango.

Trump podría haber hecho de tripas corazón y haber elegido a Nikki Haley, la ex gobernadora de Carolina del Sur, que le dio la mayor batalla en las primarias republicanas. Haley es relativamente moderada en materia de aborto. Elegirla a ella, o a una figura de ideas afines, habría indicado que quería ampliar su atractivo para las dubitativas mujeres republicanas de los suburbios.

Vance, por el contrario, es un conservador cristiano sin complejos. Si Joe Biden puede encontrar un resquicio de esperanza en los nubarrones que se ciernen sobre él, ése sería Vance. La vicepresidenta de Biden, Kamala Harris, es una eficaz defensora del derecho de la mujer a decidir.

Optar por Vance es, por tanto, una señal de que Trump se siente muy optimista. Las elecciones para la vicepresidencia rara vez tienen un impacto perceptible en los resultados electorales. Pero indican lo que piensa el candidato. Biden eligió a la joven mestiza Harris en 2020 para equilibrar el hecho de que él era un hombre blanco de edad avanzada. Trump, por el contrario, está tan seguro del apoyo de su partido que eligió lo más parecido a un mini-yo que pudo encontrar.

Se hará mucho hincapié en el hecho de que Vance era totalmente contrario a Trump. En 2016 le dijo a un antiguo compañero de universidad que Trump podría ser el “Hitler americano”. El trumpismo era “heroína cultural” para los obreros estadounidenses, aseguró. Los demócratas intentarán sacar partido del antiguo odio de Vance hacia su nuevo jefe.

Resulta irónico que Vance se situase al frente de quienes acusaron a Biden de haber incitado el intento de asesinato de Trump el pasado sábado. A diferencia de Vance, Biden nunca ha comparado a Trump con Hitler. No es difícil describir a Vance como un oportunista que vio la obediencia a Trump como el único camino para avanzar en el actual Partido Republicano. También están los estrechos vínculos de Vance con el dinero de Silicon Valley. Su campaña al Senado por Ohio en 2022 fue financiada en gran parte por Peter Thiel, el ejecutivo del capital riesgo de la costa oeste y uno de los primeros partidarios de Trump. La elección de Vance fue celebrada con entusiasmo por Elon Musk, amigo de Thiel, que no apoyó a Trump hasta dos días antes tras su casi asesinato en Pensilvania.

Sería una campaña demócrata negligente la que no explotara la tensión entre las raíces obreras de Vance, que son auténticas, y sus patrocinadores plutocráticos.

Pero Vance no es un pusilánime. Independientemente de su giro de 180 grados respecto a Trump, es un exponente inteligente y contundente del trumpismo. A sus 39 años, también puede presumir de ser su futuro. Ningún senador republicano ha hecho tanto por vender el Proyecto 2025, organizado por la Heritage Foundation, que desarrolla el trumpismo con gran detalle. Vance cumple todos los requisitos. Es un nacionalista cristiano, un crítico de la globalización, un profundo escéptico de la OTAN y un creyente en la existencia del Estado profundo, que quiere desmantelar. Haley no encaja en ninguno de esos criterios.

Su ascenso puede resultar útil para Harris si puede explotar su historial de apoyo a la prohibición nacional del aborto. También sería una buena noticia para Vladimir Putin en Rusia. Vance se ha opuesto sistemáticamente a proporcionar más ayuda militar estadounidense a Ucrania. Pero va mucho más allá. Es un fan declarado del húngaro Viktor Orbán y uno de los predilectos del circuito transatlántico de extrema derecha.

Al elegir a Vance, Trump está señalando dos cosas. Primero, que espera ganar en noviembre. Segundo, que quiere poner en práctica la totalidad de la agenda MAGA (siglas de Make America Great Again). Los demócratas se centrarán en las debilidades de Vance y en su oportunismo profesional, como debe ser. Pero también deberían tomar nota de la notable sensación de confianza de Trump. No está claro que esté fuera de lugar.

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