El periodista Claudio Savoia, autor del libro Espiados pasó por el programa Con Sentido Común de Fisherton CNN y habló sobre la reciente noticia en la que se reveló una lista en la que figuran todos los periodistas, políticos y jueces opositores al gobierno. “Por desgracia no me sorprende. Hay un sistema extendido en muchos niveles y en todo el país para espiar a todos los argentinos, no sólo a los famosos”, declaró.
Savoia dijo que el seguimiento que se realiza se trata de una actividad permanente y diaria, aunque se encargó de denunciar que “es totalmente ilegal e irregular, y deberíamos espantarnos”. El investigador aseguró que le resulta totalmente creíble la veracidad de la lista. “No creo que sea original porque la información se almacena de otra forma, está codificada. – Explicó – Ahora, sí puede ocurrir que alguna persona que tiene acceso a esa información, haya juntado los datos, los haya redactado de una forma que podamos comprender y los haya entregado”.
La recolección de información no parece ser un tema que se reduzca a personalidades importantes, sino que se efectúa en todos los niveles de la sociedad. La información está disponible en las distintas bases que recolectan organismos públicos, y existe una gran cantidad de recursos para recopilarla. “Hay una debilidad por hacer uso de esa información con un fin político. Conocer las debilidades de una persona, sus necesidades y hacer quizás alguna propuesta laboral o para extorsionarlo”, reveló.
Según Savoia, la misma presidente ha dado ejemplos del mal uso de la información. “Ha hecho mención por cadena nacional ha mencionado al abuelito amarrete que le quería comprar dólares al nieto en Mar Del Plata o al empleado de una inmobiliaria en Buenos Aires al que le dijo que tenía irregularidades en su declaración impositiva supuestamente sólo porque en una nota periodística había revelado que desde el cepo cambiario se vendían menos propiedades”, recordó.
Es cierto que nuestros datos están disponibles, pero el punto es que no deberían emplearse para otro propósito que no fuera el original. “Toda la información de nuestra relación con el Estado es secreta y tiene un fin específico, cuando se pasa a otros organismos de inteligencia y se forman carpetas, se vuelve una cadena de espionaje ilegal”, concluyó.