Una de las invitadas a la Cena por el 35 aniversario de la Fundación Libertad fue Beatriz Argimón, vicepresidente de la República Oriental del Uruguay, quién habló mano a mano con ON24 sobre las relaciones con Argentina, el panorama del Mercosur y la necesidad de mayor libertad en la región.
Argimón reconoció que Argentina y Uruguay tienen “mucha afinidad” por lo que “siempre van a ser buenas las relaciones” entre ambos países a pesar de “existir mayor o menos afinidad”. En este sentido, remató: “No puede haber malas relaciones entre dos países hermanos”.
“Me alegra cuando de este país llegan buenas noticias, estamos en el mismo barrio y, en la medida que nos vaya bien, mejoramos todos”, apuntó la compañera de gobierno de Luis Lacalle Pou.
Uruguay se transformó en las últimas décadas, y con mayor fuerza en el último lustro, como una oportunidad para los argentinos, primero vacacionando en sus playas y luego ya con la idea de residencia, algo que sucedió con algunas reconocidas personalidades como la conductora Susana Giménez o el fundador de Mercado Libre, Marcos Galperín, entre otros. “Uruguay ha conseguido una estabilidad económica y jurídica que está siendo un llamador, no sólo de argentinos, sino que tenemos solicitudes de referencia de países increíbles”, señaló la vicepresidente uruguaya.
Siguiendo con su análisis, Argimón contempló una “convivencia de respeto a las diferencias” entre los partidos políticos, lo que conllevó a generar “esa imagen de estabilidad general” en Uruguay.
Asimismo, el concepto de libertad que emerge desde Uruguay también está instalado en el gobierno de Lacalle Pou. “Para el gobierno uruguayo, para nosotros, la libertad es el principio y fin de la toma de decisiones”, reafirmó Argimón y recordó que cuando en 2020 aparecieron los primeros casos de coronavirus la decisión del Ejecutivo fue la “libertad responsable”: “Los ciudadanos comprendieron ese mensaje y cada uno tomaba sus limitaciones, eso nos permitió no frenar el país económicamente”.
Por último, puso el foco en el Mercosur y el retrasado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, firmado en 2019 pero aún sin implementar.
El 28 de junio de 2019, luego de dos décadas de negociaciones, se firmó un nuevo acuerdo entre la UE y el Mercosur en el que se establecían mecanismos para las condiciones y los plazos para la reducción arancelaria de los bienes de ambas partes. Pero el acuerdo atraviesa un período de estancamiento desde aquella suscripción, con una negociación comercial abierta que está sujeta a revisión -tanto legal como formal- de los textos y las ofertas respectivas de acceso al mercado.
“El acuerdo con la Unión Europea se dilató demasiado y genera frustración en Uruguay”, sentenció Betriz Argimón.
