“Les molesta que los presos estén aislados porque cuando controlamos la cárcel, controlamos las calles”, fue una de las frases más resonantes de Maximiliano Pullaro en el marco de la conferencia de prensa ofrecida al cumplirse un mes desde su asunción.
Tras una campaña electoral con la seguridad como eje principal, el mandatario recorrió los primeros días de su gestión siguiendo esa premisa. Bajo el área del Ministerio de Seguridad, tomó la decisión de trasladar presos desde las comisarías hacia cárceles o alcaldías, efectuar fuertes requisas en prisiones y ya en 2024 comenzó con el derrumbe de tres bunkers de droga en Rosario, entre otras medidas.
ON24 consultó con sus lectores el balance en esta materia y recibió un amplio apoyo: el 73% calificó como “efectiva” a la nueva gestión.
“En un mes está haciendo más que la gestión anterior”, indicó uno de los seguidores de este medio, otros advirtieron que 30 días “no es tiempo suficiente para evaluarlo”, pero “algo está haciendo”.
Las acciones de Pullaro tuvieron su repercusión dentro de las organizaciones criminales y tanto él y su familia, como el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni recibieron amenazas desde que asumieron.
“Los primeros veinte días dejé a mi familia encerrada en un departamento. Vivo en un departamento pequeño, por lo cual no la pasaron bien, y ahora la saqué de la ciudad, porque no creo que tengan que andar con diez personas de custodia permanentemente porque esos recursos se los sacás a la calle. Yo me la aguanto porque sé en lo que me metí y en las acciones que llevamos adelante, pero no le vamos a permitir a los delincuentes que desde la cárcel hagan lo que quieran”, dijo el mandatario días atrás.