“Yo encuentro que uno de los problemas que tenemos en América Latina es que las elites muchas se han desentendido de la política, a veces vienen a vacacionar a sus países, pero no están comprometidos con la esencia. Por eso, la respuesta de si los empresarios deben preocuparse y comprometerse con la política es definitivamente sí. Mauricio Macri, que fue un gran empresario y un gran presidente, sabe muy bien de lo que estoy hablando”.
Las palabras corresponden al expresidente de Chile, Sebastián Piñera, durante una de sus alocuciones durante el II Encuentro del Grupo Libertad y Democracia, que Fundación Libertad organizó en Buenos Aires.
Acto seguido, su par argentino, Mauricio Macri, hizo uso de la palabra para contar una anécdota íntima con su padre, Franco Macri, que, de alguna manera, ratificaba lo expresado por Piñera:
“Yo había ganado la elección de la Ciudad de Buenos Aires y mi padre me invita a almorzar. Siempre traté de mantener una buena relación hasta el último día, más allá de las diferencias públicas que han sido bastante comentadas. Después de un muy lindo almuerzo, llegando al final, me mira y me dice: ´Finalmente, sos el presidente más ganador de la historia de Boca; con tus ganas de hacer y armar equipos, vas a dar vuelta la Ciudad de Buenos Aires y eso, seguramente, va a terminar llevándote a la Presidencia´, me dice. Si yo hubiese sido un padre normal, que te hubiese dado tu espacio en las empresas, como merecías, vos nunca te hubieses ido. Entonces, al final del día, todo va a ser mérito mío´, me dijo”.
Y Mauricio Macri prosiguió: “En el fondo, era verdad. Somos consecuencia de nuestros padres, así que no me enojé. Desde chico, me gustaron las biografías de la gente que había hecho cosas importantes y siempre soñé con ayudar. Y lo que puedo decir, convalidando todo lo que dijo Sebastián (Piñera) que si en este mundo queremos lograr la felicidad, que es el principal objetivo, sin joderle la vida a nadie y respetando la ley, lo más lindo es dar. Y el mejor lugar donde uno puede dar es en el servicio público”.
Así, finalizó: “Sin duda que la rotación de la que habló Sebastián, entre el sector privado, la universidad y el sector público, dos veces en la vida te nutre y te engrandece. El populismo intenta que nadie que no pertenece al club entre y por eso, lo desprestigia y aleja a aquellos que tienen algo que perder de que entren a ayudar. Y creo que hay que hacer todo lo contrario, porque si no, perdemos todo, nuestra sociedad y nuestra libertad”.
REDACCIÓN ON24