En medio de una etapa compleja para la política y el fútbol argentino, Jorge Giacobbe hijo, uno de los más reconocidos consultores políticos del país, aseguró que “Las cosas han cambiado brutalmente, la crisis de las instituciones y el estrés cotidiano tiene que ver con un cambio muy acelerado”, inicia diciendo Jorge a lo que enseguida complementa, “la diferencia cultural que hay entre mi caso particular y el de mi padre que tiene 55 años es mucho mayor que la que él tenía respecto de su padre, de mi abuelo. La comprensión de uno para otro se hace mucho más difícil. No tenemos ni siquiera el futuro claro, estamos ante una realidad tanto angustiante como desafiante”.
Jorge, quien hace no mucho publicó una encuesta por medio de la consultora de su padre Giacobbe & Asociados, midiendo el nivel de conocimiento, aceptación y pronóstico sobre la ‘nueva vieja AFA’, es a la vez muy claro y muy profundo en sus conceptos, juntando en una respuesta integral las problemáticas que hoy comparten el fútbol y el resto de aristas que componen la sociedad argentina.
“La encuesta arrojó que Marcelo Tinelli tiene un 47% de imagen negativa al lado de un 21% de positiva, datos muy parecidos a los de Tapia, quien obtuvo 47% de negativa, y solo un 5% de imagen positiva. Tapia tiene un alto nivel de desconocimiento, y dentro de los que lo conocen la imagen no es positiva”, asegura Giacobbe, a lo que suma un dato más, “La imagen de Moyano es muy similar a la del Sindicalismo en general, sin una percepción muy positiva. No hay muchas grietas en esta proyección de la AFA, la mayoría de argentinos coincide”.
Continuando con el análisis, añade que “casi el 60% de la opinión pública estima que el manejo de Tapia será similar o peor al que tuvo Grondona”, al igual que “tanto en la AFA como en el Sindicalismo son mal vistos (los dirigentes), coincide que actores de ambos lados buscan otra cosa, estamos a un año de elecciones, y el ‘modelo Berlusconi’ ha resultado ser un trampolín hacia la política”.
Finalmente, el consultor político se animó a afirmar que “ya no somos víctimas del clientelismo político”, fundamentando sus palabras con un ejemplo de política bonaerense que bien podría ajustarse a casi cualquier escenario político deportivo de la actualidad.