Uno de los grandes objetivos del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Río 2016 ha sido, durante toda su celebración, el tratar de mantener ocultas las enormes carencias y la crisis económica por la que atravesaba la sociedad brasileña en medio de la opulencia que los Juegos transmitían al exterior. Sin embargo, una vez finalizados éstos, la realidad ha vuelto con toda su crudeza para llevarse por delante la organización de los Juegos Paralímpicos de Río 2016, unos Juegos para los que el propio Comité Paralímpico Internacional reconoce abiertamente que no hay dinero.
Faltaban apenas unas horas para la conclusión de los Juegos Olímpicos de Río 2016 cuando desde el Comité Organizador y desde las autoridades brasileñas se lanzó una voz de alarma: no había dinero suficiente para la puesta en marcha de los Juegos Paralímpicos que habrían de celebrarse a continuación y una vez concluyeran los Juegos de Río 2016.
La noticia, en medio del tsunami mediático que la conclusión de los Juegos Olímpicos traía a escena, apenas tuvo la repercusión suficiente en los medios de comunicación, al menos hasta que no finalizaron definitivamente los Juegos el pasado domingo, una noticia que desde entonces no viene más que a poner de manifiesto la preocupante situación por la que atraviesa el país a nivel económico que ha llevado a plantear importantes recortes para que estos Juegos Paralímpicos se puedan llevar a cabo.
Cierre de instalaciones
Así, el propio Comité Paralímpico Internacional ha tenido que salir a escena para anunciar los importantes recortes que han tenido que poner en marcha debido a la grave crisis económica que afecta al país y que ponía en serio peligro la realización incluso de los Juegos Paralímpicos de Río 2016 que se celebrarán del 07 al 18 de septiembre próximos.
Los graves problemas financieros y la crisis económica que vive el Comité Organizador llevaron incluso a sembrar las dudas acerca de la viabilidad de la celebración de los Juegos Paralímpicos pero definitivamente éstos no corren riesgos aunque sí deberán ser sometidos a un importante ajuste presupuestario para que se puedan celebrar.
Así, entre los recortes acordados entre el Comité Paralímpico Internacional y el Comité Organizador de Río abarcan desde una disminución drástica de personal destinado a la organización de las pruebas hasta cambios en los servicios de transportes de deportistas, equipos y familia paralímpica a las sedes de las competiciones, el cierre de algunos de los centros de prensa y la revisión de las zonas de servicios de todas las instalaciones de la competición.
De igual modo, se han acordado una aportación adicional de 41,4 millones de euros por parte del Ayuntamiento de Río así como de 27,6 millones de euros procedentes de empresas estatales que se incorporarán en forma de patrocinadores oficiales de los mismos.