¿Quién quiere comprar Red Bull?

Ocho títulos en el periodo 2010-2013, dominio absoluto tanto en el Mundial de Pilotos como de Constructores; capaces de hacer enrojecer a escuderías tradicionales dentro del circuito y un aluvión de elogios durante esos años que la encumbraron a ser considerada la mejor escudería del mundo, no parecen haber sido argumentos suficientes para que la compañía austríaca madre del proyecto, Red Bull, se convenza de la conveniencia de seguir al frente del mismo.

Sin embargo, a partir de esa temporada, el dominio de Red Bull sobre los circuitos pasó a no ser más que un recuerdo importantísimo en la historia reciente de la competición, y comenzó una etapa de declive en la que aún se encuentra inmersa y a la que le lleva buscando una salida airosa desde hace meses.

Desde las oficinas de la compañía austriaca se ha intentado por todos los medios insuflar un soplo de aire fresco a la complicada situación de la escudería en la temporada actual, pero todo parece abocado a la desaparición de la escudería o más bien al abandono de la marca como propietaria.

Llega Porsche

Con este escenario, desde la escudería austríaca se ha visto con muy buenos ojos el interés manifestado por los dirigentes de Porsche de regresar a la Fórmula 1 con una escudería propia que le permitiera mantenerse en una competición sumamente complicada para las escuderías novatas.

Porsche quiere regresar a la Fórmula 1 para la temporada 2021, un objetivo que podría tener muy factible de conseguir de llegar a buen puerto las negociaciones que acaban de abrir con los dirigentes de Red Bull para sondear, en principio, la adquisición de la escudería austríaca por parte de la firma alemana.

En Red Bull no han visto con malos ojos esta posibilidad. Más bien al contrario. La venta de la escudería a Porsche dejaría a Red Bull en el desempeño de un papel con el que viene confiando en los últimos meses: tener el rol de simple patrocinador e incorporarse al catálogo de sponsors oficiales de la nueva escudería.

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