El destino, siempre caprichoso, ha motivado que una de las estrategias que la conocida marca de patatas Lay’s, patrocinadora oficial de la Champions League, ha puesto en marcha hace apenas un par de meses para promocionar la vuelta de la competición tras el parón invernal se ha convertido en un importante dolor de cabeza tanto para el FC Barcelona como para su protagonista.
Picados por unas Lay’s
A comienzos del pasado mes de febrero, la marca de patatas Lay’s activaba su relación con la Champions League antes de la vuelta de la competición a los terrenos de juego con un comercial de apenas 30 segundos en el que el internacional argentino jugaba al futbolín con unos amigos mientras que el Gary Lineker, el otro protgonista de la historia, permanecía por completo ajeno a lo que pasa absorto en su bolsa de patatas hasta que Messi elaboraba un ingenioso y habilidoso plan para quitarle las patatas al ex futbolista inglés en un comercial que triunfó en las redes sociales por su alto contenido en humor.
Apenas un mes después, Lay’s volvió a repetir experiencia con un anuncio muy similar en el que el argentino volvía a sentarse delante de la pantalla del televisor para ver la Champions League con una bolsa de Lays.
Sin embargo, y tras la eliminación del FC Barcelona de la competición, el comercial ha generado un giro radical en la concepción e interpretación del mismo. Así, la propia UEFA publicó en su cuenta oficial de Twitter momentos antes de la disputa del encuentro del pasado martes entre el Manchester City y el Real Madrid un pequeño vídeo en el que se podía ver a Messi sentado en un sillón dispuesto a ver el encuentro con sus Lay’s.
El tweet ha generado una enorme controversia, sobretodo entre la afición culé, que ha visto como uno de los principales patrocinadores de la competición, fomentaba el lanzamiento de una estrategia que no deja en muy buen lugar ni al club ni al propio argentino, convertidos desde la publicación del tweet en uno de los objetivos de las bromas y críticas que aficionados rivales hacen del hecho de que tanto el Barça como Messi tengan que ver las semifinales del torneo por televisión.