Por primera vez en mucho tiempo, la escudería McLaren admite, aunque eso sí, en círculos internos, que está tratando de encontrar una solución airosa a la resolución de su relación contractual con Honda. “Solución airosa” que es lo mismo que reconocer que se encuentra a la búsqueda de un nuevo patrocinador principal que venga a aportar, económicamente, el dinero que desde Japón recibe la escudería británica.
McLaren ha dicho “se acabó”. No más prórrogas, no más muestras de confianza, no más últimas oportunidades. En Woking consideran que, definitivamente, el tiempo de esas nuevas oportunidades ha pasado. La desesperación con Honda y su incapacidad para suministrar un motor de garantías a la escudería británica ha alcanzado su tope máximo hasta el punto de que sus responsables ya buscan una salida positiva a su desvinculación con los japoneses.
Dos años y medio de desilusiones, de ver cómo Honda es incapaz de aportar al equipo un motor con el potencial que se le presupone pero, sobre todo, de ver como la compañía japonesa arrastra la imagen comercial de McLaren hasta límites insospechados a nivel mundial, han colmado la paciencia de una escudería que teme, ahora sí, por las repercusiones, secuelas y consecuencias que estos casi tres años de relación pueden dejar a su marca en el futuro.
A todo esto se une la más que probable salida del equipo, la temporada próxima, de Fernando Alonso, considerado por muchos aún el mejor piloto de la parrilla, movimiento éste que podría asestar el golpe definitivo a la reputación de la firma británica.
Por eso, McLaren está dispuesta a desvincularse ya mismo de Honda y tratar de superar lo que resta de temporada de la mejor manera posible. En Woking son conscientes de que necesitan un cambio de timón importante para no perjudicar aún más la dañada imagen de la firma, aunque ese cambio de timón tiene un precio más que importante: 300 millones de euros.
Honda, como socio y patrocinador de McLaren, deja en la arcas británicas 300 millones de euros: 100 millones en calidad de patrocinador y otros 200 millones adicionales en calidad de socio. Encontrar una firma que venga a poner sobre la mesa esas cantidades es el gran objetivo ahora de McLaren. De hecho, y por más que le sorprenda a todo el mundo, uno de los grandes objetivos de McLaren con la permisividad de que Alonso participara en la IndyCar no fue otra que la de exponerse de cara a futuros patrocinadores del equipo, algo que hasta ahora no ha dado los resultados esperados.
El problema es de hondo calado. Y va mucho más allá de la simple división del Grupo McLaren para la Fórmula 1. Los propietarios de dicho grupo consideran que la lamentable imagen que se lleva dando a nivel mundial desde hace algo más de dos años es una situación más que complicada que estaría afectando al Grupo a nivel general, pudiendo llegar a incidir en la venta de coches de calle según esos mismos responsables.
Todo ello provoca que el gran objetivo de McLaren para las próximas semanas sea su ruptura con Honda. Una ruptura que tiene precio: 300 millones de euros.