El Concejo volverá a tratar el tema de los inmuebles incluidos en el catálogo de Patrimonio Histórico Arquitectónico y Urbanístico de Rosario. El motivo es el constante pedido por parte de propietarios de las cerca de 6 mil propiedades incluidas en la nómina que llegan al recinto para solicitar su descatalogación.
La disconformidad de los dueños de los inmuebles tiene motivos claramente identificables. La Municipalidad, a través del Programa de Conservación, determina que ciertos inmuebles tienen valor histórico y los incluye en el catálogo, lo cual, le quita automáticamente a sus propietarios la potestad de disponer libremente de sus bienes.
A cambio de semejante bloqueo a la libertad de acción, la administración local ofrece ayuda económica para el mantenimiento de los inmuebles a través del Fondo de Preservación, cuyos aportes poco pueden compensar la pérdida que implica la inmovilización forzosa del capital.
Si bien desde el Municipio llaman a “desmitificar” el tema, lo cierto es que la mayoría de los edificios que componen el catálogo son fruto de la iniciativa privada y le pertenecen a privados. Y son ellos quienes solventan su mantención y pagan impuestos (muchas veces altos por encontrarse en zonas céntricas), mientras el Estado sólo les impone las condiciones de un juego en el que terceriza las pérdidas y capitaliza las ganancias. ¿No será hora de equilibrar la balanza?
Patrimonio histórico: lo tuyo es mío (y lo mío es mío).
