Hemos venido hablando en varias oportunidades de las virtudes de la renta fija. Hablamos de LEBACS, de LETES, de bonos y de cheques de pago diferido.
Estas alternativas son muy viables, muy buenas, para aquellos inversores que están buscando una renta constante y con muy poca volatilidad. Ahora bien, el mundo del mercado de capitales no se termina en la renta fija, no se termina en las LEBACS ni en las LETES, sino que hay otro mundo muy apasionante que es la renta variable y es el comentario de hoy.
Este tipo de inversión, en renta variable requiere de otro horizonte temporal. El rendimiento de las acciones no está asegurado, no tiene un flujo futuro de fondos esperados como tiene la renta fija, como tienen los bonos o las LEBACS.
La puesta en el mercado accionario o la renta variable, viene dado por la apreciación del capital y la suba de precio de las acciones. Teniendo en cuenta el índice Merval este año, tiene un rendimiento en pesos del 37% aproximadamente y todos los índices mundiales de acciones en dólares están rindiendo entre un 11 y 12%.
El análisis completo de Juan Ignacio Perpén, de Rosental inversiones, para ON24 en el siguiente video: