La noticia de que Comcast, la compañía madre de Universal Pictures, está en negociaciones avanzadas para comprar DreamWorks Animation produjo repercusiones en todo Hollywood. Además de tratarse de un negocio millonario -la oferta ronda los US$ 3800 millones-, de concretarse modificaría de modo significativo el orden del universo de la animación, convirtiendo a Comcast en un rival mucho más formidable para Disney.
Los títulos de animación de Universal se crean a través de la firma Illumination Entertainment, conducida por Chris Meledandri, que ha logrado renombre con éxitos como Mi villano favorito y Minions.
Las películas han sido inmensamente rentables, en parte porque Illumination mantiene bajos los costos tercerizando la producción, pero aún se ve a la compañía como un actor menor comparado con sus principales rivales.
Además de proveer a Comcast más films animados, Dreamworks también ofrece productos de consumo masivo y oportunidades para desarrollar parques temáticos, otra estrategia a lo Disney con la que se asegura en el mercado que Comcast está muy entusiasmada.
Al poner a DreamWorks Animation, hogar de las franquicias de Shrek, Madagascar y Kung Fu Panda, e Illumination bajo un mismo techo, de pronto Disney-Pixar se vería enfrentada a una dura competencia.
DreamWorks, cuyos esfuerzos han dado resultados dispersos en los últimos años, lo que llevó a despidos y el cierre de instalaciones en el norte de California, ha sido criticada por Wall Street por sus presupuestos inflados. Y a diferencia de Disney y Pixar no tiene un ejecutivo creativo al timón. El CEO Jeffrey Katzenberg, que supervisó la época de renacimiento en Disney con El Rey León, antes de ser cofundador de DreamWorks en 1994, sigue siendo y su negociador más hábil (por caso, la compra de Awesomeness TV y su acuerdo para crear programación infantil con Netflix).
Pero a diferencia de Lasseter no es un artista. Y bajo su conducción, DreamWorks Animation nunca abrió camino a la iniciativa de los directores y otros creativos al modo en que lo hace Pixar y, ahora, Disney; lo que gente de la empresa dice ha afectado negativamente el proceso de producción de películas.
Meledandri, que al igual que Katzenberg tuvo sus comienzos en películas de acción, es mucho más un ejecutivo creativo. A comienzos de la década de 2000 desarrolló los estudios Blue Sky – la rama de imágenes generadas por computadora de Fox – convirtiéndolo en un jugador de peso con películas como La Era del Hielo y Horton y el mundo de los Quién, todos los cuales supervisó y de los que fue productor ejecutivo. También produjo los cortos nominados al Oscar Go Nutty y No Time for Nuts.
Señal de alerta
Por supuesto que la casa del Ratón Mickey tiene las principales compañías de animación, Pixar y Walt Disney Animation.
Bajo el liderazgo de los fundadores de Pixar, John Lasseter y Ed Catmull, tan solo este año la compañía está lanzando tres títulos de animación importantes: Zootopia de Disney, que va camino de recaudar US$ 1000 millones a nivel global; Buscando a Dory, la continuación de Buscando a Nemo de Pixar, y Moana, un largometraje de Disney sobre una princesa polinesia escrito y dirigido por Ron Clements y John Musker, el equipo que estuvo detrás de La Sirenita y Aladdín.
Es difícil imaginar una DreamWorks Animation sin Katzenberg, que controla el 60% de las acciones con voto de la compañía. Y no está claro cómo se fusionarían DreamWorks e Illumination. Lo que está claro es el mensaje dirigido a Disney: cuidado.