Locos x la Cocina nació hace dos años como un pasatiempo entre Guillermo y Pablo Chiaraluce, padre e hijo, que decidieron compartir recetas de cocina en Instagram. En poco tiempo, reunieron una comunidad de más de 130 mil seguidores, organizaron sus propios eventos con fans y participaron de importantes acciones comerciales con marcas del rubro como Tromen y El Gourmet. Con 58 años, Guillermo, o Willy, como lo conocen en la red social, se ha convertido en una marca registrada. En una charla con este medio, hablamos sobre sus comienzos y el dilema de dejar sus ocupaciones para dedicarse a las redes.
Willy es rosarino y trabaja en relación de dependencia para una empresa de servicios desde hace cuarenta años. “Por otra parte, me considero un entusiaste de la cocina. Me crié viendo cocinar a mi abuela y a mi mamá, y fui aprendiendo al observar”, cuenta. Por su parte, su hijo Pablo, de 24 años, es estudiante de arquitectura en la UNR y es quien se encarga de la filmación, edición y publicación del contenido en Instagram. “Esto arrancó como hobby y fue tomando ese tinte de pequeña empresa o emprendimiento, así que este año decidí meterme de lleno”, dice.
La historia de Locos x la Cocina comenzó a escribirse en 2011, cuando Willy compartía reuniones todos los jueves con los padres de los compañeros de Básquet de Pablo. “En un principio nos juntábamos a practicar un deporte. Lo más fácil para todos fue el paddle. Hasta que, en un momento, mi rodilla dijo basta y le hice caso”, bromea. Tras el retiro deportivo, asumió el rol de ser el encargado de “prender el fuego” para disfrutar del “tercer tiempo”.
En 2018, uno de los integrantes de “La Peña de los Jueves” sugirió compartir en redes sociales las recetas y comidas que se preparaban allí. “Un día, golpeé la puerta de la habitación de Pablo porque tenía el teléfono tildado por falta de espacio de almacenamiento y lo necesitaba para trabajar” recuerda Willy y su hijo completa la anécdota: “Cuando me pongo a ver el teléfono, veo que tenía guardados años repletos de archivos, fotos de comida, asaditos y recetas, y me pareció que era un contenido que estaba bueno”.
Guillermo se define como “anti-redes sociales”, sin embargo, Pablo sugirió empezar a publicar el material en Instagram. “En un principio íbamos a publicar en YouTube, pero eso requería de un tiempo de edición del cual yo no disponía”, explica. Al mes de empezar a efectuar las publicaciones ya habían sumado seis mil seguidores. Un año más tarde, organizaron su primer evento para seguidores. “Cocinamos nosotros solos para 100 personas. Fue una jornada hermosísima que llevo en el corazón de tanto afecto que recibí de esa gente que pudo asistir y de los que enviaron mensajes lamentándose por no haber podido”, recuerda Willy que luego remató entre risas: “Juré que jamás lo volvería a hacer”.
Actualmente, la comunidad de Locos x la Cocina se integra de 130 mil seguidores que interactúan a diario con las publicaciones e historias que padre e hijo publican. “Nuestra óptica siempre ha sido tratar de cocinar con lo que hay en casa habitualmente. Rico, bueno y barato”, dice Pablo. Ambos coinciden en que parte del secreto del éxito de su contenido está en la sencillez y la familiaridad. “Desde el principio dije que no iba a simular ser algo que no soy. No tuve que armar un personaje. Simplemente replico recetas hogareñas de mi casa que me transportan sensorialmente a mis recuerdos y a mis afectos que ya no tengo. Es una manera de estar compartiendo esos sentimientos en el breve tiempo que dura una receta y a mucha gente les toca las mismas fibras íntimas”, dice Willy.
Por otro lado, la creación del contenido puede convertirse en un trabajo de tiempo completo. Pablo debió tomar este año la decisión de postergar sus estudios para dedicarse de lleno a la actividad de la cuenta. “Detrás del contenido hay una planificación y organización que no se ve. Hay que coordinar la disponibilidad de Willy y comprar los ingredientes. También fuimos incorporando luces, trípodes, todo lo hacemos de forma casera con los recursos que tenemos”, explica.
Guillermo mantiene su empleo desde hace cuatro décadas: “No creo que sea el momento para dejar todo. Mi intención es seguir colaborando, llegando a casa y poniéndome el disfraz de Superman para filmar alguna receta. De todos modos, estoy dispuesto a tomar lo que Dios disponga”. Sin embargo, en el último tiempo ha participado de eventos a los que asistieron marcas como la automotriz Audi y la gastronómica Tromen. Incluso han llevado adelante acciones como el hashtag #conloquehayencasa, luego replicado por reconocidos chefs argentinos.
La pandemia puso en pausa varios de sus proyectos para este año, pero también potenció su alcance en Instagram. Para 2021 ya han realizado algunos relevamientos entre su público para ver qué propuestas podrían ser mejor recibidas. “Tratamos de ser cautelosos e ir haciendo lo que está a nuestro alcance porque no queremos fallarle a nadie. No quiero desatender nada y tratar de preservar un equilibrio que nos ayude a mantenernos”, afirma Willy, que sigue renegando de la exposición pública, pero tiene más de 130 mil personas que deciden reglarle a diario minutos de su vida a cambio de verlo cocinar.
