Uno de los grandes patrimonios edilicios que tiene Rosario atraviesa un momento de desidia y abandono que llegó por estos días a un punto de inflexión. Tras el cambio de gobierno y sin un destino concreto, fue víctima de saqueadores, por lo que el municipio debió intervenir.
Se trata de la casona ubicada en Santa Fe y Laprida que pertenece al estado nacional y que albergó a lo largo de los años a diferentes dependencias federales. Deshabitada desde hace 8 años, su último destino era alojar al Ente de Control de la Hidrovía, pero paradójicamente los planes naufragaron.
Si bien la obra ya estaba licitada, nunca comenzó y tras la salida del Presidente Alberto Fernández y la asunción de Javier Milei en la Casa Rosada, todo quedó en un limbo que delincuentes supieron aprovechar para romper un portón y poco a poco ir llevándose todo lo que quedaba en su deteriorado interior.
“Por el momento estamos en plena auditoría de todos los bienes del estado, hasta que no tengamos eso, no tenemos nada definido para esas dependencias”, indicaron a ON24 fuentes de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, de quien depende este tipo de inmuebles.
Es decir, aún el gobierno nacional está en proceso de relevamiento de todas las estructuras edilicias con las que cuenta a lo largo y ancho del país. Una tarea que demanda tiempo y trabajo, pero que a la vez deja en un gris a estos edificios que quedan a merced de intrusos y saqueadores.
“Decidimos entrar para cuidarla y protegerla del vandalismo, porque es parte del patrimonio rosarino. A la vez, nos pusimos inmediatamente en contacto con la Agencia de Administración de Bienes del Estado, para encontrarle un uso acorde a su historia”, indicó por su parte el intendente rosarino Pablo Javkin al referirse a esta situación.
La casona, donde supo funcionar la obra social Pami y también el Senasa en su última etapa de funcionamiento hasta 2015, ahora vive horas de incertidumbre. “Es sólo un ejemplo de cómo hay que pelear para defender el interior y sus ciudades. Ya fuimos los que hicimos grande al país. Vamos a hacerlo de nuevo”, agregó el mandatario local.
FUTURO INCIERTO
Fue en marzo de 2022 se firmó el acuerdo donde la Agencia de Administración de Bienes del Estado cedió al recientemente formado Ente de Control de la Hidrovía, el inmueble para funcionar con sede en Rosario.
Fue un anuncio con bombos y platillos que nunca se terminó de concretar puesto que las obras se demoraron y el ente funcionaba en una oficina alquilada. El titular era el santafesino Abel De Manuele, quien renunció a su cargo con la llegada del nuevo gobierno nacional, pero aún no fue aceptada y el organismo está prácticamente paralizado, al igual que el destino de la casona.