11 de abril de 2018 – La situación de Carrefour puso en discusión la rentabilidad de todo el sector supermercadista. El proceso preventivo de crisis presentado por la firma francesa días atrás desnudó el “lado b” de un sector que, al tiempo que busca reconvertirse, sufre una caída en los márgenes que pone en riesgo a toda la cadena comercial.
“Estamos en un contexto donde la baja del consumo en los últimos años, sumado a un incremento de costos laborales, energéticos y de mayor presión tributaria, ha puesto al sector en una situación compleja”, apuntó Juan Vasco Martínez, el titular de la Asociación de Supermercados Unidos. El dirigente ya venía advirtiendo sobre los ajustados límites que atrapaban la actividad, por lo que las complicaciones de Carrefour no lo tomaron por sorpresa.
Según dijo Vasco Martínez en diálogo con Fisherton CNN, el principal problema que afronta el supermercadismo es la informalidad con la que compite. “Hay un informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) del 2016, que afirma que la diferencia final entre un comercio formal y uno informal es de 31, 5% a favor del informal, si contamos el incremento de las alícuotas de Ingresos Brutos (luego del pacto fiscal 14 provincias incrementaron las alícuotas), ese número se va al 32 o 32,5%. Eso erosiona la capacidad competitiva de las grandes cadenas”.
Un comercio que actúa en la informalidad –de acuerdo con Vasco Martínez- es “el que no te da ticket o te da un papelito que no lo es, los que solo aceptan efectivo, o donde no hay posnet, o lo hay y nunca funciona”.
Este problema, en un sector con una alta fiscalización y gran volumen de obligaciones laborales dificulta la competencia y pone a temblar a toda la cadena.
“Estamos en la tormenta perfecta”
“El que llega al 1% de rentabilidad lo festeja”, advirtió el titular de ASU. Y siguió, “es un negocio de volumen donde el 1% de la facturación puede ser una suma importante, pero si uno lo contrasta con la carga laboral que hay que afrontar y el riesgo que implica quedarse con un gran stock de mercadería que precisa de rotación, se da cuenta que es muy difícil (…) Existe una fantasía social de que las ganancias son exorbitantes. Ni lo fueron, ni mucho menos lo están siendo ahora”.
Nafta al fuego
La ley de Cierre Dominical aplicada a nivel provincial y local sumó obstáculos al de por sí complicado trance. Pero también –según Vasco Martínez- las restricciones sobre superficies comerciales y las aduanas internas que hacen más gravoso realizar una actividad comercial. “Parece que algunos políticos legislan primando sus intereses, sin tener una lectura de los datos de la realidad”, concluyó.
REDACCIÓN ON24
Por Mariano Fortuna